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Peces en el charco

¿Pero ustedes en nombre de quién se creen que hablan? ¡Qué manía con arrogarse una representación que ni tienen ni les corresponde! Que yo sepa, entre sus funciones no está la de canalizar la opinión política de sus colegiados.

gracian dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 22:55:

Pues sí Maite y fuera de Madrí.

A mí, castellano-manchego profundo me dicen hoy que a España le ofrecen una unión con Portugal a cambio de ceder Cataluña y el País Vasco a Francia y firmo sin dudar. Qué le vamos a hacer, estamos ya muy baqueteados y cuándo los lazos sentimentales se han ido aflojano hasta desaparecer en esas tierras, no voy a ser yo quien pretenda imponerles una convivencia nada deseada.

No merece la pena y menos ahora que asistimos al triunfo definitivo de la querencia Herrero-Miñonista en la derecha (si Aznar se quisiera dar cuenta de que ese Congreso que ganó es ya pura anécdota)

El ADN de la derecha actual no es más que entreguismo disfrazado de esa permanente razón de Estado que los convencidos venden como mal menor y obligación de eficiencia en la gestión para poder llevárselo crudo con menos ruido.

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Roderik dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 19:38:

Creo que tienes algo de razón, Maite. Los madrileños, en efecto, -en general, los españoles no catalanes- se comportan como si Cataluña no les importara. Si este comportamiento refleja una auténtica indiferencia, quizá podemos esperar que la fragmentación del actual estado español -fragmentación que juzgo inevitable- se realice de manera relativamente indolora. Sin embargo, yo me temo que esta indiferencia es más aparente que real, y se debe a la lentitud de reacción típica de los españoles. Durante la Segunda República, por ejemplo, la parte católica de la población aguantó pasivamente todas las provocaciones que le fueron infligidas, y muchos republicanos llegaron a creer que el catolicismo español era cosa del pasado. Cuando finalmente la reacción se produjo, los enemigos de la Iglesia ya habían llegado lo bastante lejos y se creían lo bastante impunes como para que la confrontación fuera necesariamente catastrófica. ¿Será Cataluña también un caso de reacción tardía?

maskedfa dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 18:39:

Absolutamente impecable el razonamiento de esta señora.
Independientemente de que se pueda considerar más o menos acertado el comentario de P. Barba, los no nacionalistas que vivimos en Cataluña sabemos que, en efecto, nos hubiera resultado mejor que Portugal fuera español y que Cataluña fuera, lo que pretende a costa del dinero de los españoles, un país independiente de España.
La indignación agresiva de los nacionalistas es la pócima que van soltando ellos en todos y por todos los medios: Asociaciones vecinales, colegios y guarderías, hospitales, entidades privadas y públicas. Continuamente escupen sobre el respetable y ahora les duelen los salivazos de uno de los padres de este ruinoso Estado de las Autonomías que nos ha conducido hasta el lugar en el que nos encontramos.

monele dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 13:58:

A mi tambien me cabrea esa facundia de los representantes de la Abogacía de Barcelona . Los que de esa guisa hacen manifiestos apestan a una política claramente nacionalista cuando no independentista y un Colegio Profesional no está para éllo , a no ser que haya dejado de ser "rabiosamente independiente del poder "
Si se pierde la virginidad, metiendose en el charco político ,es porque se han confundido las funciones y por lo tanto deben dimitir por pasarse de frenada .

En esta ocasión, cómo no , ha sido una vez más el sr Peces y le ha contestado el sr Tardá, tal para cual .Envilecimiento se llama la forma de proceder de ambos . Pero qué más da si en éllo están .

CostaDor dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 12:25:

Y mientras, las máquinas, perdiendo el tiempo...

Demóstenes, desde la Costa Dorada.

Senex dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 10:21:

Maite, bella Maite, un refrán popular viene a decir que la verdad sólo la dicen los locos y los niños. Pues, a mí me da que Peces, en la ocasión a la que nos referimos, se ha comportado como uno de esos locos. En puridad, España con Cataluña y sin Cataluña es una disyuntiva, a la hora de ponderar ventajas relativas, de compleja decisión y de imposible acierto. Para mí, Andalucía, por ejemplo, estaría ahora mejor, por más desarrollada, si España no hubiera incluido a Cataluña -y por tanto sufrido su constante victimismo y ventajismo durante los últimos siglos- y sí a Portugal -circula por ahí una Historia de Portugal en la que su acreditado autor confiesa la sempiterna "españolidad" de su país, al mismo tiempo que niega, distinguiendo, su "castellanidad"-. Para mí, también, si se echan en el platillo de la balanza los sentimientos de irritación de los ciudadanos de la parte y del conjunto, una Cataluña sin España y una España sin Cataluña nos contentaría, de momento, a todos (Pero, ¿qué sería de una Liga sin el Barça, y qué sería del Barça sin la Liga?). Pues, si aquello fuera lo único que valiera, adelante. No es exactamente cierto, creo yo, que, en Madrid -metonimia de la Nación- Cataluña importe un pito. Lo que no importa es el pito que los catalanes quisieran que se tocara, además de las "pelas". "Vánitas vanitatis...."
Con afecto.

ANS dijo el día 29 de Octubre de 2011 a las 04:02:


Maite,

Totalmente de acuerdo contigo.

Tu frase final es lapidaria y totalmente cierta.

"En Madrid no se odia a Cataluña, en Madrid Cataluña

no importa lo más mínimo".


Tú y yo lo sabemos perfectamente porque somos catalanes

y conocemos el paño. Es lo que más molesta a los del "morro fort",

que no les hagan caso y pasen de ellos. Se ponen como berracos.


En eso los madrileños tienen un punto especial y una seguridad

en sí mismos que a los barretinaires les pone muy nerviosos.


Hace años, el periodista catalán Luis Carandell afincado en Madrid

ya lo intuyó y lo comentó y publicó en alguna ocasión.


Es cuestión de caracter.


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