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Agapito Maestre

Realismo y espera

Creo que Rajoy lo ha dicho por puro “realismo”: a él le importan muy poco las posibles contradicciones en las que pudiera caer su discurso, si ello no le resta votos para ganar las elecciones.

El realismo es la base no sólo del análisis político objetivo, sino también el primer paso para alcanzar un cierto sentido de actos y discursos políticos que, por desgracia, quizá carezcan de toda lógica. Digo esto a propósito de las declaraciones de Rajoy sobre "el cese de la actividad armada" de ETA; en efecto, son millones los votantes del PP, según indican las encuestas, que han mostrado cierta extrañeza, enfado e irritación sobre el favor que Rajoy ha dado gratuitamente al gobierno de Zapatero al decir que el comunicado de los criminales nada tiene que ver con concesiones del gobierno de España a ETA. Los votantes del PP están preocupados por el futuro y, sobre todo, por el discurso ético. Nada de esto tiene que ver con lo que ahora se debate: ganar o perder unas elecciones.

¿Por qué ha dicho esto Rajoy, preguntan con insistencia sus simpatizantes, cuando todo el mundo sabe que Zapatero lleva negociando años con ETA un comunicado como el del jueves pasado? No tengo muy clara la respuesta, pero puedo aventurar una hipótesis; creo que Rajoy lo ha dicho por puro "realismo": a él le importan muy poco las posibles contradicciones en las que pudiera caer su discurso, si ello no le resta votos para ganar las elecciones. Y, según las encuestas, la cuestión del terrorismo cada vez tiene menos importancia para los españoles; en estos momentos, está en la séptima plaza de problemas que trae a mal traer a los ciudadanos.

Que da igual a efectos electorales, por otro lado, lo que diga Rajoy sobre este comunicado de ETA, se comprueba cuando vemos que las encuestas insisten en que el "cese de la actividad armada de ETA" no modificará apenas nada los resultados previstos para el 20-N. Rajoy, pues, habría hechos estas declaraciones porque quizá lo contrario hubiera sido correr el riesgo de quedarse descolgado de lo "políticamente correcto"; sí, sí, antes de las elecciones el PP tiene una primera preocupación: ganar o perder; la segunda es, obviamente, ganar por mayoría absoluta... Y, luego, ya veremos. Eso es todo.

Sin embargo, desde el punto de vista moral de los votantes del PP, una situación tan grave y trágica como la actual quizá hubiera requerido de una respuesta diferente de la dada por Rajoy. El líder del PP ha preferido la realista. Esperemos que le salga bien, pero, en cualquier caso, el riesgo es evidente: Rajoy puede pasar a la historia por ser el presidente que ha propiciado la ruptura de España, mientras que Zapatero pudiera ser en los próximos meses un futuro candidato al premio Nobel de la Paz. Ay, amigos, el realismo pudiera volverse en contra de quien lo ejerce. Es un riesgo, dirá Rajoy.

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