"Lo que ahora se considera "democracia" es en repugnante mercado de votos, compadreo y perversión de la Justicia. Un pueblo tan esclavo como en los peores tiempos de la antigua Roma”.
Es la demostración del anterior enunciado cuando el futuro ya ha sido desarrollado. Se niega la cualidad diferencial que la Historia ha aportado al concepto, ( Democracia) y se hace preponderar en su lugar el cómo interesado, particular y contingente, que todo presente contiene (realismo). La cualidad histórica positiva –que encarna la lucha y la sangre del pasado- se sustituye por la modalidad contingente (realismo) del presente con sus intereses mezquinos. La Idea se sustituye por la voluntad. El sentido es algo más que patente, es teatralmente evidente: si bien la democracia contiene “mercado de votos, compadreo y perversión de la Justicia"., no es desde luego “como en los peores tiempos de la antigua Roma”. Pero esta evidencia teatral muestra a las claras la injusticia de casos más sutiles con la realidad y el tiempo, de la estructura conservadora del pensar.
Formulado en principios: esta "clase de hombre" tiene un conflicto con la Unidad y el Tiempo, que se desglosa en las siguientes categorías: unidad, finalidad, modo y cualidad-realidad. Formulado en las disposiciones anímicas respectivas que ya hemos tenido ocasión de examinar, son: Identidad, vespertinismo, “realismo” y pesimismo (ante un concepto, primacía de la predicación del presente como voluntad, sobre la Idea histórica también predicable de ese concepto). Digámoslo como conclusión: El problema del hombre conservador es la síntesis trascendental de la intuición.
Podemos crear casos políticos de carácter ficticio y experimental, que seremos tal vez capaces de predecir el discurso hermenéutico pronunciado sobre cualquier realidad ante la que pueda posicionarse esta clase de hombre.
Los astrocronistas
"En confianza" debe ser una auténtica introducción a la Lógica del Realismo mariano. Después de haber leído este libro da la sensación de que no sólo obtenemos un profundo conocimiento de la estructura psicológica de M. Rajoy Brey, sino que ésta nos sirve y es un instrumento pedagógico de primer orden, para justificar y salvar las apariencias, con ecuantes y epiciclos si hace falta, como auténticos Ptolomeos astrocronistas, toda aparición mariana que contradiga las apariencias.
¿Cómo podríamos subtitular a este libro, futuro candidato al Premio Planeta, o mejor, al Nobel de las ciencias sociales? "La Lógica económica del discurso" o De Ars combinatoria electoralis". Creo que todo título se queda escueto para la profunda verdad parmenídea de este sujeto: da igual que la realidad contradiga la razón y el propio discurso. Lo importante, ¡es ganar las elecciones!.
“Realismo” es primero estratificación económica de la realidad y estricto comportamiento respecto al coste-beneficio de cada estrato. Lo demás, incluso la moral, tonterías. Viva la Realpolitik!.
Don Agapito, en mi familia ya tenemos decidido nuesto voto: se lo daremos a UPyD y a Rosa Díez que ahora es la única que defiende abierta y claramente a la Nación Española. Nosotros votamos en Madrid y votarla aquí no es tirar el voto por saca representación y nos sentimos representados por ella. Si no hay nación no hay nada. De de la crisis podremos salir y saldremos de hecho con Mariano o sin él, pero el problema más grave que tenemos ahora no es la crisis ni el paro, sino la destrucción de la nación a manos de socialistas y nacionalista en concurrencia de intereses. Por otro lado ¿quién puede creer que Mariano nos va a sacar de ésta con personas como Ana Mato de número 3 y Gallardón de número 4 como vicetodos o ministros de algo? Encima, dejándonos en Madrid a Ana Botella como alcaldesa, es todo una tomadura de pelo gigante. Lo de la traición a los miertos y victimas de la ETA no tiene nombre.
He sido votante del PP en Barcelona siempre, pero en esta ocasión NO me molestare en ir a votar, es más, estoy tan asqueada de las declaraciones de estos días, tanto de la pesoe, como del ministro Camaño que ya tiene valor el tío siendo de la carrera judicial decir semejantes barbaridades, como de la la familia real, me niego a seguir la farsa de una democracia que no es tal, hacen lo que les viene en gana así que EN MI NOMBRE NO.....
Y señor Rajoy definase ya de una vez por que no solo pierde mi voto sino el de mi marido también
Voté entusiasmado DEMOCRACIA hace muchos años .....
Poco a poco me he ido desencantado .....
No se si esto es la demorácia práctica pero si sé, que no es la ideal.
En cualquier caso no me gusta, me averguenza.
Lo que ahora se considera "democracia" es en repugnante mercado de votos, compadreo y perversión de la Justicia.
Una lucha por el poder sin verguenza ni ideales.
Un pueblo manipulado y sin criterio.
Una masa dócilizada que solo sirve para pagar impuestos, alimentar, aplaudir generosamente a los que mandan.
Un pueblo tan esclavo como en los peores tiempos de la antígua Roma.
Asco y mas asco de pais jueces, Rey y goberantes
El análisis es bien certero, desde luego. La cosa no es nueva. Es la insuperable servidumbre de la democracia: la táctica siempre arrumbará los principios. Por eso y más me rechina tanto ese modo de dilucidar el poder.
¿Guiña un ojo Rajoy a sus votantes cuando ofende sus oídos? Confiemos en que sí. O si no, en Cascos. En cualquier caso, lo importante es lo que haga Rajoy tras ganar las elecciones, tampoco hay que darle muchas vueltas después de reconvenirle con dureza.
Lo cierto es que, paradojas de Arrow y cocinas electorales aparte, ninguna elección garantiza el mejor gobierno. Es más, la imposibilidad del cálculo político es ya un hecho bien demostrado. ¿Cuándo comprenderemos que el mejor gobierno es el que menos estorba?
Lo que más me gusta de Rajoy es su inanidad. Desmonte el aparato totalitario y delictivo nacional-socialista, vigile, a sangre y fuego, el cumplimiento estricto de la ley, fúmese un puro y lea el Marca, señor Rajoy; no haga otra cosa y después le apoyaré.
Lo que se debe esperar de un líder inteligente y creativo es respuestas nuevas que permitan avanzar. Rajoy ha dado una respuestas trivial, profundamente inmoral y que nos e cree ni él al problema planteado con la reacción del PSOE, la prensa adicta y demás fanfarria al comunicado de ETA. El problema no es el comunicado de ETA en sí, sino al algarabía y jolgorio montado por todos los recogenueces de diverso pelaje que hay alrededor. Y Rajoy no ha sido capaz de dar una respuesta inteligente al problema. Se ha sumado, con voz baja, a la algarabía y jolgorio. Y esto es porque no tiene ninguna respuesta que dar que no le quite (en su cálculo electoral) votos. Pero el hecho de que Rajoy no tenga respuestas, no significa que no las haya. significa que él no las tiene o que no las ha buscado. es decir: ¿no hay una respuesta al comunicado de ETA que tenga el suficiente rigor intelectual, moral y práctico que no pueda ser utilizada demagógicamente por el PSOE y demás fuerzas antisistema?.
No da igual lo que diga Rajoy, pese a que resulte más o menos indiferente a las encuestas. Lo que ha dicho además no es mero movimiento táctico, sino estrategia coherente con el cambio de rumbo que imprimió al PP desde 2.008.
Hacer o decir otra cosa simplemente sería arriesgarse a perder pie en el necesario ajuste que ha seguido al anuncio del final de la violencia.
En efecto, el comunicado etarra ha sido el detonante para la legalización de facto de ETA como un agente político más en igualdad con el resto de partidos. El activismo a que venimos asistiendo con continuos llamamientos a la necesidad de adaptarse no es otra cosa que la cristalización de esa nueva realidad, y los términos en que se produjo el beneplácito pepero a la farsa restan cualquier asomo de duda a su aquiescencia sobre el fondo de este proceso.
A partir de aquí no hay marcha atrás posible y en este nuevo marco, hablar de política antiterrorista pasa a ser hablar de política-ficción.
El PP obturó intencionadamente cualquier vía de aproximación con UPyD en favor de PNV y PSOE, lo que ejemplificaba su renuncia a crear o un discurso nacional democrático contra lo que ETA y los nacionalismos representan. Tampoco por casualidad dejó cualquier defensa política de la nación en manos del tradicionalismo más rancio de la España eterna del que busca distanciarse a todo trance.
Con esos antecedentes se entiende por qué estamos sin discurso para encauzar el descontento y frustración popular que genera la constatación de nuestra derrota a manos de los asesinos, sin que tampoco se vislumbre intención política de asumirlo y encauzarlo sino más bien de dejar que se vaya diluyendo.
El manido tópico de que cualquier alternativa puede ser defendible en democracia, ha tomado cuerpo y exige cobrarse su tributo exigiendo respeto a la nueva ETA vegetariana y tachando de anatema cualquier intento de sembrar la duda al respecto. No hay margen para más
En el fondo, tampoco es algo extraño al marco ideológico del propio PP. Se puede ver casi como el triunfo por persona interpuesta y al cabo de los años de la tendencia que encarnaba Herrero de Miñón cuando lo derrotó Aznar en aquél célebre Congreso.
Por tanto no debemos llamarnos a engaño y es mejor asumir que esa tendencia suicida de la derecha tras una obligada hibernación, ha resurgido para resultar al final vencedora .
Si al menos recuperaran al propio Herrero de Miñón para gestionar la nueva situación y dejarse de tantos jeribeque, disminuirían los riesgos de que la pobre Ana Mato sufriera un patatús.
Y quiero estar equivocado, conste.
No estoy ni tan siquiera seguro de que vaya a ganar, quince puntos no es nada para el PSOE y cualquier cosa por debajo de 176 escaños (yo diría que tal vez 180) no la garantiza que vaya a gobernar. Aunque si gana, pasará página y hará una política más afín al PSOE que a la de sus votantes para evitar conflictos, que le digan que gobierna con un rodillo y que le tachen de derechas. Ya lo hizo Aznar. Eso sí, si gana, será el presidente español que presionará para que le den el premio nobel a Zapatero y a Josu Ternera, el que trate de conseguir la entrada en la Unión Uropea de las Repúblicas de Cataluña y Euskadi. La imagen que me dá a mi es la de alguien que cede lo que sea por pisar moqueta.
Conservadurismo: principios y disposiciones anímicas.
El problema no es el debate entre la táctica ocasional de Rajoy en el comunicado de ETA o la representación en su respuesta del giro centro-moderado del PP como forma política. La forma política y la estrategia realista, como una táctica de cálculo económico del discurso, se diluyen ante el verdadero problema de fondo: los principios, que en este caso son disposiciones anímicas, que regulan el sistema de creencias de la gran masa de votantes del PP. Veamos algunos ejemplos:
"Rajoy puede pasar a la historia por ser el presidente que ha propiciado la ruptura de España";
Vespertinismo de la unidad nacional. A menor presencia de ETA menor unidad nacional. El fin absoluto de ETA, en términos realistas, coincide con la desfragmentación de España. Sin embargo, un Estado nacional recentralizado es tan peligroso para la desintegración de España como un Estado federal, y es la principal causa de los separatismos. El temor a que se disuelva la unidad de España se convierte antes en el espectáculo de la apologética de una virtualidad nominal, “España”, que en un esfuerzo por pensar el modo de llevar a cabo esta unidad y su sentido. El medio o instrumento para hacer algo, la nación, se convierte así, en fin en sí mismo apologético. El vespertinismo es la forma del miedo en el presente por la pérdida de identidad, y el fanatismo, democráticamente disfrazado, su expresión.
"El comunicado etarra ha sido el detonante para la legalización de facto de ETA como un agente político más en igualdad con el resto de partidos";
La identidad se desplaza en el tiempo sin ninguna variabilidad y la Historia es incapaz de transformarla. No hay cambio de identidad bajo el proceso político-histórico. Un sano escepticismo ante el presente por el comunicado, vigilancia y control en las instituciones, se convierte en tácita negación de la posibilidad que abre el cambio. Lejos de eso, la identidad de ETA se subraya aún más firmemente si cabe. Los límites de un concepto permanecen inquebrantables y no se difuminan acorde con las circunstancias y los tiempos hasta al fin, desaparecer o convertirse en nuevas realidades.