Silvia, el 20 de octubre de 2011, casi 10 años después de tu asesinato, muchos se felicitan, porque quienes te privaron de tu derecho a la vida dicen que van a dejar de matar. ¡Ojalá, hija mía, yo pudiera sentir esa alegría! Pero no es así, porque no les creo, la banda terrorista que te asesinó no se ha disuelto, no ha entregado las armas, no se van a entregar a la justicia y, por supuesto, nunca te pedirán perdón porque se sienten orgullosos de sus crímenes.
Dicen también que quieren dialogar, que quieren solucionar el conflicto. ¿Qué hay que negociar? ¿en qué conflicto estabas tú, pequeña, para que te asesinaran?
Estas preguntas, hija, se las quisiera trasladar a quien nos gobierna en estos momentos. Estos etarras que llevan 50 años derramando sangre inocente, de nuevo nos quieren engañar, ellos y los canallas que se lo permiten que van a poner sobre la mesa a casi mil muertos y que se han manchado las manos con tu sangre. ¿A cambio de qué van a dejar "la lucha armada"? Señor Zapatero, señor Rubalcaba ¿quiénes son ustedes para negociar nada con la sangre de mi hija y de otras tantas víctimas mortales y heridos? Jamás tendrán mi permiso para llevar a cabo su macabra hoja de ruta, nunca les perdonaré el menosprecio, la humillación y el maltrato al que nos han sometido durante estos largos años... ya lo dijo usted Sr. Zapatero: "será un proceso largo y duro" pero no para con los asesinos sino para las víctimas del terrorismo. Estos miserables etarras a los que usted llamó "hombres de paz" hoy se creen los vencedores, y nuestros muertos y el estado de derecho los vencidos. Canallas son los que asesinaron a mi pequeña, pero también quienes negocian con ellos y los cobardes que miran para otro lado.
Todos tenemos un compromiso moral con quienes fueron asesinados de manera cruel y despiadada y por ello pido que el día 29 de octubre de 2011, a las 13:00 horas acudamos a la Plaza de la República Dominicana de Madrid, con el lema: "Frente a la Impunidad, Justicia". Porque no podemos permanecer impasibles ante tanta miseria humana.
Por ti hija mía, porque nunca debiste ser asesinada, porque nunca estuviste en guerra, tampoco te metiste en conflictos y porque eres doblemente inocente por tu corta edad, siempre seguiremos luchando por tu Memoria y Dignidad, porque la bomba que aquella tarde no me mató me hace sentir mas fuerte.