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Emilio Campmany

“Corrutos”

Tiene guasa que el socialista que con más gracejo ha fustigado a los populares por sus trapisondas llamándoles una y otra vez “corrutos” se vea ahora como alguacil alguacilado envuelto en una trama de corrupción.

Tiene guasa que el socialista que con más gracejo ha fustigado a los populares por sus trapisondas llamándoles una y otra vez "corrutos" se vea ahora como alguacil alguacilado envuelto en una trama de corrupción. El gabacho Monsieur de Sans-Foy y el alegre clérigo Fray Josepho se van a hinchar porque "corruto" es mucho más fácil de rimar que "corrupto". La cosa va a dar mucho juego. Por ejemplo:

¿A qué se dedica el "fistro"?
A ministro.
¿Es Ribeiro o Albariño?
Pepiño.
¿Es gallego, como Franco?
Blanco.

Cojeas del izquierdo flanco
y pareces un poco bruto.
Podrías ser algo "corruto",
ministro Pepiño Blanco.

Lo mejor de todo es lo de la gasolinera, como lugar de las citas privadas y reuniones con empresarios del ministro. Les hemos dado los más amplios despachos. A los que hemos equipado con los muebles de las maderas más exóticas, hemos adornado con los cuadros de los pintores más rutilantes, y hemos alfombrado con las moquetas de lana más fina. Y va el tío cutre y se cita con el empresario en una gasolinera, que también tiene la rima bien fácil. Por ejemplo:

En los ojos siempre un guiño,
Pepiño.
Y de hocico no andas manco,
Blanco.
¿Cómo te llaman con mofa?
El Gasofa.

Por ir a esa hora tan fofa
a aquella gasolinera
ya serás para cualquiera
Pepiño Blanco, el Gasofa.

Lo dicho, se van a poner las botas.

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