Yusuf Al-Murabit
A menudo se encuentran en las jarchas términos árabes mezclados con los romances. En este caso, el nombre Al-Sabateru, que según García Gómez se puede traducir por ‘zascandil’, ‘gafe’ o ‘majadero’.
Hoy vamos a ver los versos pentasílabos, pero no como versos independientes, sino en combinación con los heptasílabos, integrados en la seguidilla. Hay varias estrofas con el nombre de "seguidilla", pero me voy a referir a la "seguidilla simple", que tiene cuatro versos: el 1º y el 3º, heptasílabos sueltos (es decir, sin rima) y el 2º y el 4º, pentasílabos que riman en asonante. Es una estrofa antiquísima y de carácter eminentemente popular. Aparece incluso en las jarchas, que son los testimonios más remotos de poesía escrita en una lengua romance peninsular. Esa lengua es el mozárabe, hablado durante siglos por la población cristiana o de origen cristiano que vivía en Al-Ándalus. El mozárabe acabó desapareciendo, o fundiéndose con las otras lenguas romances según avanzaba la Reconquista. Las jarchas más antiguas datan del siglo X, y eran las estrofitas finales de las "moaxajas", poemas cultos en árabe o hebreo. Fueron descubiertas en 1948, y aun no está cerrada la investigación sobre ellas. De momento, nadie ha superado los estudios de Emilio García Gómez, el gran arabista español, ya fallecido. Lo que dificultó el descubrimiento de las jarchas es que, pese a estar en lengua romance, aparecen escritas en caracteres arábigos o hebraicos.
Pero permítanme que presuma de que, modestamente y casi por casualidad, yo también he contribuido al hallazgo de estas primitivas composiciones mozárabes. Hace unos años, en la biblioteca de una sinagoga de Salónica, en el curso de otra investigación erudita que ahora no viene al caso, me encontraba revisando y transcribiendo documentos sefardíes cuando descubrí una maravilla de la que hoy voy a dejar una pequeña muestra a los lectores de Libertad Digital. Se trata de las jarchas de un poeta cordobés del siglo XI, hasta ahora desconocido: Yusuf Al-Murabit. Nada sabemos de él, salvo su calidad como poeta, que van a poder apreciar en la transliteración que he hecho del texto de tres de sus jarchas. Todas ellas tienen la particularidad de que son, desde el punto de vista métrico, seguidillas.
Vayse con una nube
meu corachón.
Cátala Al-Sabateru,
supervisor.
A menudo se encuentran en las jarchas términos árabes mezclados con los romances. En este caso, el nombre Al-Sabateru, que según García Gómez se puede traducir por ‘zascandil’, ‘gafe’ o ‘majadero’. Desconocemos de momento en qué consistía esa función de supervisor de nubes en la Córdoba musulmana. Pero veamos otra jarcha de Yusuf Al-Murabit:
Non pidas que te creya,
Rub-Al-Kaaba,
con todas tus mintiras
afaysanadas.
Como en el caso anterior, no sabemos a quién se refiere el poeta con Rub-Al-Kaaba, término que ya aparece en otras jarchas y que tal vez sea un nombre propio, aunque Emilio García Gómez lo traduce como ‘mendaz’, ‘intrigante’ o ‘felón’. Lo de las "mintiras (mentiras) afaysanadas" se debe sin duda a que entre los habitantes de Al-Ándalus el faisán simbolizaba la falsedad. Pero veamos, para acabar, otra de las jarchas de Yusuf Al-Murabit, en la que también sale el extraño personaje anterior:
Sempre a Rub-Al-Kaaba
llámali sidi,
que si non, del cabreyo,
segrega bilis.
Ya dije que en las jarchas se mezclan palabras árabes con las mozárabes. En este caso, "sidi", que quiere decir ‘señor’. Tal vez el poeta esté hablando del respeto que se le debía al personaje, probablemente un emir. "Cabreyo" es una curiosa palabra mozárabe, de interpretación incierta, que algunas fuentes traducen como ‘enojo’.
Y nada más. Espero que les hayan gustado estos antiquísimos poemillas mozárabes, pese a que todavía el estudio que estoy elaborando no ha llegado a su fin, y es complicada la interpretación de algunos versos.
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