Si de los dos bandos uno tiene determinación y el otro mala conciencia, aunque más medios, está claro quien va a ganar.
Por ello sería ridículo que se disolviera.
El asunto es que nos quieren disimular una rendición incondicional ya que no quieren seguir luchando, incluso les son simpáticos. Y encima hacerlo pasar como un triunfo.
Y llevamos con esos esquemas 40 años
Bravo. Gran artículo
Lo triste es que la sociedad española acepta que que el Estado tiene derecho a ejercer el monopolio de ciolencia sin contrapartidas. Los escritores escolásticos y yusnaturalistas con muchísimo sentido común distinguían entre ley y derecho. El derecho es anterior a la ley y el Estado se legitima en la medida que por medio del deber (de la coacción) garantiza ese derecho anterior al propio Estado, por ejemplo el derecho a la vida. No es el Estado el que "concede" el derecho a la vida si no el que lo reconoce. Y la defensa del bien custodiado, del derecho a la vida debe ser siempre proporcional a la naturaleza del bien custodiado, es decir que en caso de que el delincuente no pueda pagar por el mal cometido pierde aquellos bienes propios que pueden dar satisfacción a la víctima, poprqué es a la víctima a quien corresponde la capacidad de perdonar o no que no la obligación. La sociedad no puede perdonar en nombre del agraviado porque la sociedad, a través del Estado, se legitima por su capacidad de hacer justicia. Y habrá gente a la que le molará más o menos "perdonar" o "redimir delincuentes" pero como eso no es la función legitimadora del estado la sociedad carece de autoridad moral para oponerse a eso que se conoce con el nombre de justicieros. Y podrá ser muy lamentable pero más lamentable aún es una sociedad que fornica con los delincuentes y los asesinos. Una perspectiva burguesa y canalla podrá sentir horror por ello, en el sentido que prefiere "su" paz a "la" Justicia. Pero es que resulta que el principio según el cual "el fin no justifica los medios" se refiere en primer lugar a quien no puede lo menos no puede lo más y si una sociedad no cumple su misión el poder judicial que emana del hombre vuelve al hombre, es decir se ejercita el derecho de advocación. Podemos sentir horror por las edades "oscuras" como la Edad Media o el Salvaje Oeste en la que la capacidad para hacer justicia dependía de la conciencia de cada uno. Pero estas situaciones no son causa del desorden si no consecuencia del mismo. Si la sociedad desea evitar estas situaciones debería reconsiderar en profundidad su actual política judicial.