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¡Sentimentalización de la política!

No será suficiente administrar bien y con transparencia, sino que se necesitará un proyecto político que haga posible lo imposible. Por otro lado, este fue siempre el primer y quizá único objetivo de todo político sensato.

leson1 dijo el día 23 de Septiembre de 2011 a las 12:42:

Mi opinión sobre lo que le pasa a Rajoy, después de mucho cabilar e ir del asombro por su inacción al profundo enfado por ello, es que es un gallego demasiado gallego en todo lo que hace y cómo lo hace.

Su gallegueidad supera a su personalidad tanto que casi no es más que un gallego tecnócrata. Todo esto dicho con todo el cariño hacia los que han nacido en aquellas tierras. ¿qué es ser tan gallego? pues se resume en que el que se topa con uno así no sabe absolutamente nada de lo que siente en su fuero interno ni tiene atisbo alguno de sus objetivos profundos en un proyecto vital, político o el que sea, por mucho que haya tenido contacto habitual con él. Inexcrutable.

Con esta premisa clara, Rajoy no va a descubrirnos nunca sus cartas ni tampoco a la dirección del PP, hasta que no empiece la jugada y la juegue. De forma que no me creo nada de que vaya a ser un blando ni un panoli ni nada de lo que ahora parece aparentar. Más bien (y por sus hechos los conoceréis) creo que será una especie de killer a la gallega y tomará los asuntos con dureza y sin contemplaciones, pero eso sí, nadie espere que previamente de explicaciones o amague en cuanto a la dirección que tomará. Lo hará justo cuando tenga entremanos el asunto. Mientras, ostracismo total, evasivas y ninguna información, ni en un sentido ni en el contrario. Y además creo que con su edad e historial no sabe hacer las cosas de ninguna otra manera, así que es lo que hay y no va a cambiarlo.

Dejo esta reflexión para compartirla con Vd. D. Agapito

Ferminat dijo el día 21 de Septiembre de 2011 a las 08:33:

Coincido, pero me sorprende su sorprese D. Agapito, Rajoy es incapaz de tener una sola idea, menos aún de trabajar por ella. Yo le tengo bastante ojeriza y por supuesto no le votaré. Por cierto, si falta la política será más bien que el libro adolece de su falta, ¿no?