El sueño de la UE de acabar con las identidades nacionales no se ha hecho realidad. Más bien todo lo contrario. Y, a pesar de todo, la UE se empecina en funcionar de espaldas a las realidades políticas nacionales.
GEES
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Urdin dijo el día 20 de Septiembre de 2011 a las 10:32:
Más que de sueño habría que hablar de pesadilla. La utopía internacionalista iluminista es la inspiradora de la revolución francesa que creer haber "descubierto" los Derechos del Hombre sencillamente por que cree estar en posesión de la esencia identitaria de la humanidad. La historia de los últimos 200 años ha sido la lucha entre el ideal totalitario iluminista y la conciencia nacional. Para envilecer el sentimiento nacional fueron necesarias dos guerras mundiales ambas en nombre de la patria pero desencadenadas por políticos internacionalistas que odiaban profundamente el sentimiento patriotico de sus conciudadanos para poderse postular como la "solución" primero en la Sociedad de Naciones y luego en la Organicación de Naciones Unidas. Se inventó el concepto de "Comunidad internacional" pero no con el sentido que le daban los yusnaturalistas escolásticos españoles de una Comunidad de comunidades basada en el respeto de las realidades soberanas si no en un patriotismo de sustitución que intenta crear un "hombre nuevo" internacional que lógicamente sintonizará con los valores del hombre ilustrado. Los enemigos de la nación no se van a rendir así como así y si es necesario iniciar otra guerra mundial para dar una vuelta de tuerca más a nuestra debilitada conciencia lo harán sin ningún género de dudas, dejando que la responsabilidad de la misma recaiga sobre el "fanatismo nacionalista" pero las guerras no las inicia quien quiere si no quien puede y quien puede es aquel que como posee la capacidad tiene más probabilidades de ganarla y esos no son nacionalistas, entendiendo por tales no los separatistas si no aquellos que aman a su legítima nación. La puntualización resulta necesaria porque para estos internacionalistas no hay "naciones legítimas" todas son ilegítimas y forma parte de su juego legitimar los nacionalismos separatistas no porque les importen demasiado si no para deslegitimar los nacionalismos canónicos o tradicionales.
Más que de sueño habría que hablar de pesadilla. La utopía internacionalista iluminista es la inspiradora de la revolución francesa que creer haber "descubierto" los Derechos del Hombre sencillamente por que cree estar en posesión de la esencia identitaria de la humanidad. La historia de los últimos 200 años ha sido la lucha entre el ideal totalitario iluminista y la conciencia nacional. Para envilecer el sentimiento nacional fueron necesarias dos guerras mundiales ambas en nombre de la patria pero desencadenadas por políticos internacionalistas que odiaban profundamente el sentimiento patriotico de sus conciudadanos para poderse postular como la "solución" primero en la Sociedad de Naciones y luego en la Organicación de Naciones Unidas. Se inventó el concepto de "Comunidad internacional" pero no con el sentido que le daban los yusnaturalistas escolásticos españoles de una Comunidad de comunidades basada en el respeto de las realidades soberanas si no en un patriotismo de sustitución que intenta crear un "hombre nuevo" internacional que lógicamente sintonizará con los valores del hombre ilustrado. Los enemigos de la nación no se van a rendir así como así y si es necesario iniciar otra guerra mundial para dar una vuelta de tuerca más a nuestra debilitada conciencia lo harán sin ningún género de dudas, dejando que la responsabilidad de la misma recaiga sobre el "fanatismo nacionalista" pero las guerras no las inicia quien quiere si no quien puede y quien puede es aquel que como posee la capacidad tiene más probabilidades de ganarla y esos no son nacionalistas, entendiendo por tales no los separatistas si no aquellos que aman a su legítima nación. La puntualización resulta necesaria porque para estos internacionalistas no hay "naciones legítimas" todas son ilegítimas y forma parte de su juego legitimar los nacionalismos separatistas no porque les importen demasiado si no para deslegitimar los nacionalismos canónicos o tradicionales.