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Las protestas del profesorado público

Los profesores de la enseñanza privada por lo general ganan menos, trabajan más horas y tienen menos seguridad laboral. Los principales defensores de la enseñanza pública parecen ser los funcionarios que la proporcionan.

punt dijo el día 20 de Septiembre de 2011 a las 16:03:

[jalepata] No entro a valorar su competencia como profesor, ya que imagino que si ha sacado su oposición en solo 5 convocatorias (4 fallidas y una exitosa) no debe ser malo (por lo menos en cuanto a los conocimientos que posee, que transmitirlos bien es otro cantar y desconozco su caso).

Pero que los profesores de la concertada cobran bastante menos que vd no es una afirmación gratuita de un articulista sino un hecho patente: el sueldo medio del profesor en la escuela concertada ronda los 2/3 del de la pública y con más precariedad laboral (a menudo son contratos fijos discontinuos con los que no se cobra durante el verano, aparte de que no tienen su plaza en propiedad sino que pueden ser despedidos cuando así sea necesario).

Además, que el nivel alcanzado en centros concertados es, de media, superior al de los centros públicos es también un hecho, como lo certifican informes como el PISA, en el que los primeros puestos están copados por centros privados y concertados, con alguna que otra mención ocasional a centros públicos.

La razón de esto es una mezcla de circunstancias:

- Por una parte, el profesorado de la escuela pública tiene menos incentivos para el trabajo bien hecho, ya que la plaza en propiedad mueve a dormirse en los laureles y la interinidad hace que trabajes hasta cierto punto "desconectado" de tu destino, que puede cambiar para el año siguiente.

- Por otro, los centros privados (y en cierta medida los concertados) realizan una selección y clasificación del alumnado, de modo que se conforman grupos de alumnos más homogéneos en los que, por ende, es más eficaz la enseñanza. En la escuela pública los profesores tienen que lidiar con grupos tan heterogéneos que a veces resultan casi imposibles de manejar para la mayoría de profesores, haciendo que otros muchos claudiquen y se centren en solo parte de sus alumnos o simplemente vean anulada su labor docente.

Así pues, la primera de las dos razones da cuenta de cómo muchos profesores de la escuela pública tienen menos incentivo debido a su situación de funcionarios, mientras que la segunda da cuenta de cómo otros muchos profesores de la escuela pública tienen menos eficacia debido a lo inmanejable de sus propios grupos, no por grandes sino por heterogéneos.

Al final, el resultado es el mismo: los resultados obtenidos por la escuela pública son peores que los de la privada, en parte por culpa de los profesores y en parte por culpa de un paradigma educativo absurdo que antepone la "educación comprensiva" (es decir, los grupos heterogéneos e inmanejables) a la eficacia de la acción educativa por medio de una adecuada economía de medios.

Un saludo.

jalepata dijo el día 20 de Septiembre de 2011 a las 00:55:

Don Francisco, soy profesor de Secundaria, siempre he creído que el hecho de haber superado una dura oposición que me llevó más de cuatro intentonas que acabaron en fracaso (pero yo no desfallecí), calores y angustias varias en todas las oposiciones a las que me presenté que acabaron en nada (pero yo no desfallecí), destinos como profesor sustituto y luego como interino (antes de aprobar por fin la oposición) en lugares y rincones de toda la geografía nacional, a los que muchos renunciarían por todo lo que ello conllevaba: pérdida de raíces familiares, del entorno habitual, etc. (pero yo no desfallecí), siempre he creído -le decía- que todo eso no significaba que yo fuera por ello mejor profesor que mis colegas de la concertada, los cuales renunciaron a mi vía crucis y prefirieron conseguir una plaza de profesor en el colegio de los Hermanos Maristas de su ciudad (yo pude haber optado también a esas plazas), pero yo no desfallecí, como le decía, porque creí que la enseñanza pública me iba a dar más prestigio que si hubiese decidido quedarme en el colegio de los Maristas de mi ciudad. Y ahora resulta que soy un mal profesor, que gano injustamente más que mis colegas de la concertada, que haciéndolo mejor que yo, encima ganan menos (es lo que dice Vd.) Entonces, don Francisco, si esto es así, ¿habría que ir diciendo también a nuestros hijos y alumnos que no deberían molestarse en estudiar tanto ni en salir fuera a estudiar una carrera universitaria? Total, ¿para qué?

jose_lui dijo el día 19 de Septiembre de 2011 a las 13:22:

La condición de funcionario debería quedar limitada únicamente a las personas que ocupan cargos que implican el ejercicio de una autoridad, es decir aquellos que toman decisiones judiciales o administrativas y comprometen recursos en nombre de las administraciones públicas y sólo durante el tiempo que ocupan estos cargos.
El coste de la enseñanza concertada es del orden de un 30% más bajo que el de la enseñanza pública. Ignoro si en este coste se incluye el de mantenimiento y amortización de los inmuebles dedicados a centros. Por el contrario, los resultados de la enseñanza pública son peores que los de la concertada o de la privada.
No encuentra Vd. típicamente sovético el contenido del Art. 27 de la Constitución que hace referencia a la educación y la enseñanza. Planes de estudio y contenidos dictados por el estado lo que implica oferta única, obligatoriedad de acudir el alumno a un centro, mínimas posibilidades de los padres de elegir el contenido de la educación. ¿A qué se reduce la autonomía de las universidades? ¿a departamentos donde se repiten los mismos apellidos entre los docentes?.
No soy ni he sido nunca docente. Mi relación con la educación se ha limitado a ser alumno y ex-alumno.

Vendeano dijo el día 19 de Septiembre de 2011 a las 10:35:

Don Francisco, creo que la claridad de sus ideas es efecto y a la vez causa de su valentía al exponerlas. Vd. lo tiene claro, por lo que encuentra el valor de decirlo y a la vez, como no tiene problemas en decirlo, no se autoengaña y lo ve aún más claro.

¡Siga así, y prodíguese Vd. más!