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Envidia de la fe

Si es cierto que la Fe es un don de Dios, he de decir que tras estos cuatro días es un don que todavía envidio más que antes: está claro que es una herramienta poderosa que te hace ser más libre.

bigastr dijo el día 26 de Agosto de 2011 a las 13:50:

La Fe, es una virtud teologal.

Tener Fe, simplifica la vida porque aceptas el destino sin temor, dejándolo en manos de la voluntad de Dios.

Tener Fe, es una ventaja y también una responsabilidad.
La ventaja de esperar paz en la eternidad y la responsabilidad de hacer méritos y perseverar para conseguirla.

La Fe, se instala junto a una alegría sana y una esperanza que sólo saben sentirla los hombres y mujeres justos.

Pero no todos sabemos alcanzar la Fe; esta se logra cuando nos desprendemos del egoísmo que nos atenaza y dedicamos nuestra vida y esfuerzos por el bien de nuestro prójimo.

Es muy difícil mantener la Fe si no se vencen las inclinaciones hacia los placeres del cuerpo, aunque Dios, siempre nos echa una mano cuando, sinceros, nos arrepentimos de nuestras faltas.

Rezar, hablar con Dios, es un buen recurso para encontrar la Fe.

albazan dijo el día 26 de Agosto de 2011 a las 10:50:

Ha sido muy hermoso esto de la JMJ. Un verdadero don para la nación. Ha sido la constatación de que la FE mueve montañas. ¿Pero cómo se pueden unir tan fraternalmente banderas de tantas naciones?¿Cómo es posible que esa masa palpite con un sólo corazón?¿Cómo es posible que siendo masa cada individuo sepa por qué está ahí y vayan todos a una?
Esto es algo precioso que hay que guardar a toda costa y defenderlo de sus más acérrimos enemigos.

ongietor dijo el día 25 de Agosto de 2011 a las 21:10:

Jóvenes de todas las edades, dicho sea de paso; porque en los actos abiertos han querido estar presentes personas de fe con juventud de espíritu: en Cuatro Vientos estaba una anciana señora mayor filipina (probablemente), humilde y sola: una perla de oriente ¡envidiable!

burillo dijo el día 24 de Agosto de 2011 a las 01:11:

Estoy de acuerdo: la fe es deseable, puesto que es envidiable, como Vd dice. Ahora, ¿qué la hace deseable, sino su acuerdo con la plenitud de las posibilidades del ser humano? De esto trata el primer capítulo del Catecismo de la Iglesia Católica: "El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre..." (CIC, I, cap. 1).

Don Carmelo, le escucho estos días, y creo que su preocupación ética y educativa es sincera.

Mire, si la fe es deseable y muy razonable, entonces también tiene que ser deseable y razonable "acercarse" a quien la vive, preguntar, escuchar, dar un voto de confianza. Benedicto XVI ha hecho una recomendación insistente a los jóvenes de la JMJ: que lean, que estudien el Catecismo de la Iglesia Católica.

Con simpatía y aprecio, me atrevo a hacer esta recomendación a quienes hayan leído con agrado su artículo y sientan la añoranza de algo que no saben si tuvieron, o que ya no están seguros de conocer perfectamente, o más aún a quienes siempre la han visto desde fuera y desde lejos.

Un cordial saludo.

juancaro dijo el día 23 de Agosto de 2011 a las 20:45:

Sin ser creyente hay algo que considero evidente años ha: estoy bastante más seguro y más tranquilo rodeado de cientos de miles de peregrinos que rodeado de unos cuantos, llámense, perroflautas, perroaulladores, perrorabiosos o perroenergúmenos.

3bd dijo el día 23 de Agosto de 2011 a las 10:07:

<<... la fe es un don de Dios (...) herramienta poderosa que te hace ser más libre ...>>. Muy cierto Don Carmelo; fe como don, no para unos privilegiados que la encuentran, sino para todo ser que se abre a ella libre y voluntariamente (la fe no es racional, pero sí es razonable -cfr 1 Pe 3,15-). Y herramienta poderosa porque nutre lo nuclear del ser, que viviendo esa gracia desea crecer en Aquél que es Camino Verdad y Vida.
Efectivamente. No es nada fácil que apoyados en un fondo firme y unas formas liberadoras, uno se deje apresar fácilmente en las redes que constantemente tratan de ahogar la libertad. Se capta rápido ese punto orweliano de que unos sean más iguales que otros en función de ciertas afinidades.
No le canso más. Gracias por su apreciación.