Doctrina sobre el Estado nacional (I)
Si el Estado de las Autonomías ha sido incapaz de integrar a los nacionalismos vasco y catalán en un sistema democrático, me temo que un Estado nacional recentralizado es tan peligroso para la desintegración de España como un Estado federal. Con esto respondo a rawolf: no hablo de un federalismo centralista que disuelve la soberanía en las partes, siendo éste el penúltimo paso para la desintegración, pero como he dicho, no estoy de acuerdo con una recentralización cuya única finalidad es ser "unidad nacional".
La unidad nacional nunca puede ser una finalidad, sino un medio. La Idea como objeto trascendente, es la causa de España. El Estado nacional recentralizado confunde como finalidad lo que es puro instrumento histórico. España es un medio prescindible sin el Espíritu de la Historia. España no importa. La unidad nacional nace en un momento ascendente de creación histórica y el ideologema del Estado nacional recentralizado es la imposición violenta a las partes, de comportarse bajo un universal abstracto. No tiene en cuenta tres reglas:
-Doctrina del Estado nacional (II)
1) Sin objeto (fantasía estimulante, alta visión de destino, del gran político) no hay Unidad. La Unidad es el medio para el objeto trascendente, y nunca puede ser objeto o finalidad en sí misma (Estado nacional recentralizado).
2) No hay Unidad sin que la unidad esté toda ella de forma eficaz en las partes ( para ello se necesita que "el objeto fantasioso" esté en la unidad) y sin que cada una de las partes se comporte por sí misma, individualmente. (Descentralización y autonomismo).
3) Es regla natural y no excepción, que en las partes de una unidad hay partes que dialécticamente se oponen a la regla que todas siguen: quieren ser "todos aparte" en lugar de ser lo que todas, partes de un todo. (Caso de los nacionalismos).
3´) Si la primera regla falta, el nacionalismo se acrecienta, pues no hay incentivos. Si está presente, se mitiga pero no se elimina. Si se pretende eliminar el nacionalismo, (Estado nacional centralizado), se exacerba y se radicaliza. Pues se realiza un acto de violencia con la lógica de la realidad y su función: sin amenaza de disgregación no hay "unidad en forma" sino arterioescleriosis.
De ello se puede decir que, la responsabilidad del fracaso del autonomismo actual deriva de la realización perfecta de la segunda regla: “la unidad no está toda ella de forma efectiva en cada una de las partes”. Y se distingue para la solución de este punto, del Estado nacional recentralizado, en que "no introduce ni fuerza de forma nominal a las partes a comportarse como unidad nacional, siendo ésta la aspiración última de tal Estado", sino que "produce como efecto estimulante la unidad prescindiendo de ésta como fin y utilizándola como medio para la Idea-objeto histórico destinal". Utiliza para la segunda, la primera regla.
Cataluña es España, y el Pais Vasco es España.Esa es nuestra realidad.¿Que votos va a perder el PP en estas regiones reafirmando esto, que no haya perdido yá? ¿Que votos puede recuperar el PP. en las demas regiones, y aun en estas mismas regiones ,reafirmando esto ? Creo que casi todos los politicos de esta España mía , son cobardes y no tienen valor para proclamar lo que verdaderamente creen .
Somos muchos los que no comulgando en absoluto con el socialismo no vamos a otorgar un voto a ciegas. Si no hay un programa de partido y el anuncio de las precisas medidas de gobierno, el voto no caerá en el lado del PP.
Por favor D. Agapito. Haga propuestas y/o soluciones concretas. Formule un programa de gobierno. Pida ayuda si la precisa, pero,por favor, no divague mas, se lo ruego, para eso ya estamos los lectores. Por favor.
Gracias.
Psoe_Fan
Olvidé mencionar que el motivo por el que encuentran acomodo en tales instituciones es porque los necesitan para convencer a la gente de que acepte voluntariamente la existencia de un agente con los monopolios compulsivos de la resolución de conflictos (incluso de en los que se vea implicado el propio agente), de cobrar impuestos (los que considere oportuno) y la violencia (para hacer efectivos los dos anteriores). Pues, sin esa aceptación voluntaria, ningún gobierno, ni el más despótico y criminal, dura 24 horas.
Por otra parte, con semejante esquema de incentivos, ¿qué otra cosa podemos esperar que cada vez peores servicios cada vez más caros?
Psoe_Fan
Pues no le falta a usted razón, aunque barrunto que usted lo que propone es sustituir el Estado nacional central por el Estado nacionalista central. Pero acepto pulpo como animal de compañía, será más fácil segregar pequeños estados nacionalistas que elefantiásicos estados nacionales.
Espera usted demasiado de los intelectuales. No pierda de vista que la demanda en el mercado de los bienes que ofrecen es escasa y volátil, la gente está a otras cosas. Donde si encuentran acomodo es en numerosas instituciones que les evitan la desagradable dependencia de un público que no sabe apreciar sus conocimientos y buen gusto. Estas instituciones (universidades públicas, organismos públicos, fundaciones púbicas o privadas, medios de comunicación, etc...) viven por y para el mantenimiento del status quo y obtienen sus fondos del Estado o de entes privados que, en su mayoría, dependen de él para hacer negocios o sobrevivir.
Hoy por hoy la única postura intelectual legítima es la anti-intelectual del pensamiento único, que no plantea como causa del problema el Estado democrático del bienestar, porque, en última instancia, vive de él, es decir, de nosotros.
A mí me parece que "la explicación con amor y pedagogía política de un programa para ilusionar a los españoles", es decir: la propuesta de un Estado nacional fuerte, basado en la recentralización y en la amortización cuanto no en la eliminación de los nacionalismos, no sólo no la va a ofrecer jamás el tibio, evasivo y flemático Rajoy, sino que es una barbarie por dos sentidos.
1.) Es una propuesta incultivada. Falta, precisamente, el Ideario y la pedagogía política para explicar y desarrollar las líneas principales de este modelo
2.) La Contrarreforma de tal Estado-nacional, a menos que la ausente explicación lo niegue, es la vuelta a una regresiva y artificial "unidad de violencia nacional", y no a una auténtica empresa que aúne a todos los españoles para embarcarse entusiasmada en un movimiento ascedente de creación histórica. Su propuesta es anti y no creadora: nacional, por ser antinacionalista. Y por ello, vacua, insulsa, despreciable. Sin comprender ni querer comprender realmente, la gravedad y la verdad nacionalista.
A mí me gustaría que Agapito, igual que pide a Rajoy que hable claro y contundente y ponga propuestas sobre la mesa, respondiese a su deber de intelectual y propusiese las ideas que a Rajoy le faltan, si es que él las tiene, y tuviera el decoro de explicarlas clara, profusa y precisamente sin ningún tipo de pudor. Por ejemplo, qué tipo de trato político habría de hacerse a los nacionalismos, cuál sería de forma más específica la organización de un Estado-nacional recentralizado y cuales son las principales líneas que definen este modelo. En qué medida superaría el deterioro del estado autonómico: en suma, en lugar de títulares y menciones, desarrollo y contenido doctrinal del nuevo Estado-nacional. En lugar de quejas y más quejas sobre la falta de propuestas, explicación clara, desarrollada y contundente de las propias. Doctrina y explicación: qué pedir sino a la misión de intelectual!.
Y dale con la democracia, pero si ya lo votamos todo. ¿A qué ámbito, en el que no esté ya implantada, quiere usted ampliar la regla mayoritaria?
Y no me diga que al País Vasco, allí el problema no es de democracia, es de respeto a la vida y la libertad de las personas, que no tiene nada que ver con la democracia (o sí, mire usted, puede ser una demostración empírica de que no todo se puede decidir por mayoría, por ejemplo, permitir que gente violenta, de alguna manera, pueda tener acceso al monopolio estatal de la violencia).
Lo que tendría que hacer Rajoy es parar el expolio de este Estado-garrapata sobre sus sufridos y parasitados súbditos, favorecer un esquema donde se promueva la libertad, se respete la propiedad privada y se incentive la productividad y el ahorro. Dudo que lo haga, ni él, ni ningún político democrático/demagógico, no porque sea malvados (aunque el proceso de selección para llegar a la cima no promueve la llegada de los más íntegros), sencillamente no tienen incentivos para hacerlo.
Me gustan sus artículos don Agapito. Me gustan tanto que hasta me gusta éste. Pero sinceramente, mi admirado profesor ¿"...millones de sensatos votantes socialistas sienten vergüenza..."? ¿En serio lo cree? A mí me parece que cada palabra de su frase contradice la anterior y/o la posterior; y que, en conjunto, la frase define con claridad un imposible metafísico.