El desastre autonómico
Me atrevo a decir ahora que Zapatero tiene razón cuando le reprocha a Rajoy que si no está de acuerdo con la "ley" de las Autonomías, que nos diga cuál es la suya.
Zapatero quiere convertir la victoria del PP en las elecciones del 22-M en una derrota para las próximas generales. Zapatero quiere ahogar económicamente a las comunidades del PP para que la gente vote a Rubalcaba. Quizá no lo consiga, pero, desde luego, pondrán en evidencia algunas contradicciones del PP que son relevantes para hacernos cargo de la inviabilidad del actual sistema autonómico. Y, sobre todo, ponen a Rajoy en la alternativa siguiente: o recentralización o independencia para Cataluña y País Vasco. El rollo del federalismo o de las autonomías ya no se la traga nadie con un poco de inteligencia política.
En efecto, el Consejo de Política Fiscal y Financiera ha sido un desastre, especialmente para las once comunidades gobernadas por el PP, porque el Gobierno quiere que esas administraciones devuelvan lo que deben a la Administración Central en el plazo señalado. Es terrible, incluso perversa, la actitud de Zapatero, porque no quiere negociar ni resolver un problema creado por él, cuando presupuestó en 2008 por encima de lo debido. Más aún, el maquiavelismo de Zapatero no es de recibo, porque cuenta con el poder de asfixiar a unas comunidades y salvar a otras. Todo eso es verdad, pero, en mi opinión, tampoco tienen un pase las reacciones de las comunidades del PP que amenazan con devolver algunas competencias al Gobierno.
Esa amenaza, después de treinta años de soportar un sistema infumable y podrido, es absolutamente inviable si no se plantea como una reforma completa del desastroso sistema autonómico. Tendría que hablar Rajoy con voz clara y contundente: o sigue apoyando este esperpento de Estado de las Autonomías o propone un nuevo modelo de Estado-nacional democrático que se enfrente, definitivamente, al asalto que han perpetrado los nacionalistas de la nación española en las tres últimas décadas. En otras palabras, es demagógica la reacción del PP, porque no se puede estar defendiendo, por un lado, el actual modelo de Estado de las Autonomías y, por otro lado, amenazar con salirse de él.
Porque soy de los pocos que, en España, vengo criticando este Estado de las Autonomías, especialmente su principal fracaso, a saber, la incapacidad de integrar a los nacionalistas catalanes y vascos en un sistema democrático, me atrevo a decir ahora que Zapatero tiene razón cuando le reprocha a Rajoy que si no está de acuerdo con la "ley" de las Autonomías, que nos diga cuál es la suya. Sospecho que Rajoy, por desgracia, callará, es decir, se apuntará a la salida socialista, o peor, al silencio hasta que se independice, definitivamente, Cataluña y País Vasco. Eso es todo.
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