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El desastre autonómico

Me atrevo a decir ahora que Zapatero tiene razón cuando le reprocha a Rajoy que si no está de acuerdo con la "ley" de las Autonomías, que nos diga cuál es la suya.

Psoe_Fan dijo el día 31 de Julio de 2011 a las 20:35:



El nacionalismo es un fenómeno mucho más profundo y respetable que la vulgaridad a priori de la que normalmente se parte para juzgarlo. No se define por un carácter entre moralmente egoísta y caprichosamente imaginario al servicio de los intereses partidistas de una casta política y sus seguidores. Su surgimiento no es arbitrario y eliminable con sólo un par de leyes, la denegación de sus propuestas o un cambio de modelo de Estado. Una recentralización promueve justamente lo que más pretende evitar, el estallido nacionalista, y ello no más que por ser un acto violento que niega "realidad", profundo sentido justificativo y derecho, a lo que hay. El nacionalismo como voluntad política no es más que el síntoma distorsionador, a menudo, de una fatal sensibilidad histórica del destino de un pueblo, en conflicto, consigo mismo y los demás por su soberanía. Un conflicto que se expresa no en la forma positiva de un ser o llegar a ser, como el nacionalismo afirmador, sino en la nihilista o negadora tendencia vocacional de no ser parte de los demás. La posibilidad de sentir y querer el no formar parte de los todos más amplios con que se va urdiendo la historia, pero la necesidad racional, no obstante, de pertenecer a alguno de ellos. Drama destinal de un apartismo per se, y diferencia, que justamente se exacerba en el particularismo o nacionalismo centralista y cuando el movimiento ascendente de creación histórica ya no es una empresa entusiasmante y mutua sino una artificial Unidad que se limita a realizar pura "violencia ortopédica" de las partes y sirve exclusivamente a su propio particularismo, por ejemplo, denegando un auténtico autonomismo a éstas. La reforma del autonomismo, superador de su deterioro, y no una alternativa bárbara e insensata, ya es otra cosa.

Psoe_Fan dijo el día 31 de Julio de 2011 a las 20:33:


A mí me gustaría que Agapito, igual que pide a Rajoy que hable claro y contundente y ponga propuestas sobre la mesa, respondiese a su deber de intelectual y propusiese las ideas que al primero le faltan, si es que él las tiene, y tuviera el decoro de explicarlas clara, profusa y precisamente sin ningún tipo de pudor. Por ejemplo, qué tipo de trato político habría de hacerse a los nacionalismos, cuál sería de forma más específica la organización de un Estado-nacional recentralizado y cuales son las principales líneas que definen este modelo. En qué medida superaría el deterioro del estado autonómico: en suma, que Agapito cree pensamiento político e Ideario. Esto nunca lo veo, sólo títulos escuetos y quejas y más quejas sobre lo que los demás no dan y él mismo tampoco ofrece.








mimar dijo el día 31 de Julio de 2011 a las 17:18:

Me parece que esta siendo demasiado blando con Zapatero que despues de 7 años de dar por c..., ahora viene Vd a lanzarle un capote.Con Vd no sabe uno a que atenerse hoy piensa blanco, mañana gris etc.
Si vd. está contra la degradante y rastrera politica de zapatero, no la intelectualice denominándola maquiavélica, sino asquerosa, egoista y podrida, que nos envía a un filoterrópata para sucederle después del GAL,
faisán etc.
No se que pretende vd. Sr Agapito, pero las comunidades autónomas del PP no le deben devolver nada al Central hasta ajustar cuentas.Además, ZP, su protegido ahora, ha tenido la mala condición de convocar elecciones para que se tengan que prorrogar los presupuestos ...asco da asco, además cataluña y vascongadas son españa

Urdin dijo el día 29 de Julio de 2011 a las 15:50:

Bueno pues si se consiente por las buenas la desintegración de España cosa que me parece muy probable, al menos a mi me importará un bledo lo que le suceda a lo que quede. En estas cosas soy bastante radical: "ojo por ojo, diente por diente, sangre por sangre y muerto por muerto." Tal vez no tengamos fuerza para lanzarnos al monte pero espero que tengamos la fuerza sufiente para hacerle el vacío más glacial a la clase política que desde la transición sabía que nos iba a llevar aquí y de hecho nos ha llevado aquí. Si eso sucede me inporta un cuerno la puta democracia y su puto estado de derecho. Si Marruecos invade España que os den por culo hijos de puta. Si España desaparece sus leyes me importarán un ´rabano desde la ley de circulación vial hasta la última. Ojo por ojo, diente por diente y sangre por sangre. Y como lo único que os importa es la Construcción europea porque lo único en que creéis es la pasta todo sabotaje a al proyecto europeo bienvenido sea. A quien no tiene entrañas hay que golpearle donde le duele, es decir en el bolsillo, para que vea que la traición no sale gratis.

rawolf dijo el día 29 de Julio de 2011 a las 15:49:

Pues haber si se anima Rajoy y propone un estado federal, en el que el político que prometa redistribuir, se ponga colorao recaudando.

Así haría más fácil la segregación dentro de los estados federales, única vía para terminar con este Estado-Garrapata que padecemos.

D. Agapito, anímese y haga un artículo de por qué la democracia, dentro de un marco de Estado (de bienestar)-Nación, es una avance en la consecución de un orden de cooperación social pacífico que promueva la expansión de la vida humana en condiciones cada vez más dignas y qué incentivos y cómo operan en ese marco para alcanzar dicho objetivo.

superval dijo el día 29 de Julio de 2011 a las 12:31:

Efectivamente, Agapito da en el clavo, el sistema autonómico se puso en marcha para integrar a los nacionalistas catalanes y vascos en España y obviamente ha fracasado. Así que habrá que combatir ideológicamente a esos nacionalismos y además diseñar una estructura política democrática que castigue, en vez de premiar, el chantaje secesionista. Ambas cosas no admiten demora si no queremos tener un problema de secesión en un breve plazo.

Ferminat dijo el día 29 de Julio de 2011 a las 08:46:

Muy de acuerdo excepto en cuanto a la responsabilidad del gobierno, que no es real, al menos no directamente. El cálculo resultó erróneo pero en ningún caso supone una decisión final de financiación. Es un procedimiento habitual en la administración pública, y es impresentable basarse en ello para evitar devolver lo que se debe. El problema es que gastan a manos llenas, claro.