Bravo. Si mantuviera la cuenta de facebook, esto valdría por un fav.
Me parece que has estado un poco shakespeariano aquí. Lo de la memoria y olvido es como Hamlet ¿no? (Por cierto, para mí una moderna versión del Hamlet es la película Mr. Nobody, en la que un hombre se muestra en estado de incertidumbre -cuántica- y por tanto todas las posibilidades, todos sus horizontes, son reales mientras no haya tomado una decisión). ¿Pero no es de Hamlet, también, el tema de la cobardía? Para mí, ha habido mucha cobardía en todo este proceso de culpabilización/dimisión. Si Camps no es culpable no tiene por qué dimitir (y la prueba de que no lo es, en mi opinión, es la ausencia de malicia en su autodefensa). Tampoco yo creo que esta dimisión vaya a regenerar nada. Es más, después de esto, la izquierda antidemocrática no dejará de lanzar insidias y falsas denuncias contra el PP, como nos tiene acostumbrados, pero con mayor fuerza. Creo que la necesaria lucha contra la corrupción debería ir acompañada de una lucha igualmente enérgica contra la falsedad.
En fín, que no es solo un problema del sabor más o menos agradable que deja la dimisión. Si se demuestra inocente Camps, se debería condenar a los denunciantes con proporcionalidad al perjuicio producido, y restituir a Camps a la presidencia nuevamente, que para eso le hemos votado. Esto podría pasar a ser un recuerdo más agridulce en el futuro, pero no sin antes haber cambiado el horizonte de sucesos de nuestro sistema político.
Pedagogía del discurso y transformación experimental del presente
No está dicho que no se puedan incorporar formas retóricas del tempo político de la antigüedad a nuestro presente, con una cierta flexibilidad de "maneras" que conserve lo esencial: la desactualización del presente en apertura hacia la dimensión del sentido articulado en las formas de la memoria, como muestra en su pensamiento sintiente Agapito. Es decir, un discurso que abra el tiempo político del instante, siempre en constante relación con lo superfluo e interesado, en el imaginario de las empresas grandes y puras (sean fáctico-ficticias, pero siempre reguladoras y desiderativas como motor). Claro que, en una época del "final" de la metafísica hay que tener cuidado con tal tipo de propuestas que pueden ser confundidas por chabolistas como los del 15M con empresas totalitarias. En esto el metafísico ha de ser sutil y engañar lingüísticamente a la conciencia de su tiempo para reintroducir "el olvido" en el presente bajo una vestidura "digna".
Cuando era niño recuerdo que mi recuerdo se realizaba bajo la forma de la nostalgia de lo que aún no había ocurrido, por ejemplo, cuando me apropiaba inconscientemente las hazañas de los grandes hombres de la Historia. Escuchar para tener nostalgia en el presente del propio futuro aún irrealizado, era una perfecta conjunción de los tres tiempos simultáneos y no sucesivos en los que se ha de articular la existencia del hombre para poder ser llamada como tal.
Hay que decir la verdad que el PP tiene muchas caras emergentes MUY decentes (Aguirre, Feijoo, Monago, Camps, Barbera) a diferencia del PSOE. Pues hay esperanza.