Otegui ejerce de vocero de la estrategia etarra, en la que el tiro en la nuca o el coche bomba no son condenables, pero sí pueden "entorpecer" los objetivos por los que esos delitos se perpetraron. Por eso están de más, por eso "entorpecen", por eso "sobr
Guillermo Dupuy
Compartir
Tuitear
Enviar
Enviar
Urdin dijo el día 8 de Julio de 2011 a las 21:01:
La clave para vencer a un enemigo es entenderlo y negar la mayor. En vez de eso frente a ETA, lo que se ha intentado es exportar al País Vasco el discurso que se ha implantado en el resto de España. El discurso de la restauración liberal en España es: "En democracia todo es discutible", patente de corso para el nihilismo. Recuerdo un discuros de Juan Vázquez de Mella admirable en el que le echaba en cara a los liberales sus contradicciones en relación con los anarquistas. Reproduzco la idea general. La idea era la siguiente: Si ustedes dicen que no existe ningún principio y que todo es discutible y decidible por votación ¿en qué se funda la autoridad de la mayoría? ¿En un principio? ¿No hemos quedado que todos los principios son discutibles? La mayoría es una decisión, una voluntad o varias pero no un principio. Pero es que resulta que si el poder no se funda en un principio sólo puede fundarse en la fuerza. ¿Y quién les garantiza a ustedes que la fuerza de una mayoría puede ser más eficaz que la de un fanático aislado decidido a todo o la de de una minoría terrorista bien organizada? Los separatistas no niegan la democracia, lo que niegan es que el sujeto de derecho de su democracia sea España porque consideran que el País Vasco es una Nación. Y la debilidad del liberalismo español frente al separatismo es su odio insuperado al nacionalismo español porque la Constitución del 78 se concibió en contra ese nacionalismo. Eso les lleva a desenfocar deliberadamente el problema y digo deliberadamente porque creo que de tontos no tienen un pelo pero es precisamente esa actitud, vergonzante ante la idea de España, la que me lleva a albergar serias dudas, no ya sobre la compatibilidad o no de la idea de democracia con la idea de España, sino incluso sobre la sinceridad de los llamados "demócratas" cuando dicen hablar en defensa de España.
La clave para vencer a un enemigo es entenderlo y negar la mayor. En vez de eso frente a ETA, lo que se ha intentado es exportar al País Vasco el discurso que se ha implantado en el resto de España. El discurso de la restauración liberal en España es: "En democracia todo es discutible", patente de corso para el nihilismo. Recuerdo un discuros de Juan Vázquez de Mella admirable en el que le echaba en cara a los liberales sus contradicciones en relación con los anarquistas. Reproduzco la idea general. La idea era la siguiente: Si ustedes dicen que no existe ningún principio y que todo es discutible y decidible por votación ¿en qué se funda la autoridad de la mayoría? ¿En un principio? ¿No hemos quedado que todos los principios son discutibles? La mayoría es una decisión, una voluntad o varias pero no un principio. Pero es que resulta que si el poder no se funda en un principio sólo puede fundarse en la fuerza. ¿Y quién les garantiza a ustedes que la fuerza de una mayoría puede ser más eficaz que la de un fanático aislado decidido a todo o la de de una minoría terrorista bien organizada? Los separatistas no niegan la democracia, lo que niegan es que el sujeto de derecho de su democracia sea España porque consideran que el País Vasco es una Nación. Y la debilidad del liberalismo español frente al separatismo es su odio insuperado al nacionalismo español porque la Constitución del 78 se concibió en contra ese nacionalismo. Eso les lleva a desenfocar deliberadamente el problema y digo deliberadamente porque creo que de tontos no tienen un pelo pero es precisamente esa actitud, vergonzante ante la idea de España, la que me lleva a albergar serias dudas, no ya sobre la compatibilidad o no de la idea de democracia con la idea de España, sino incluso sobre la sinceridad de los llamados "demócratas" cuando dicen hablar en defensa de España.