En los años setenta estaba de moda entre la gente enrollada, pijiprogre y/o de dinero de este país, que las Julias se tuviesen por "Lucy", los Carlos atendiesen por "Charly" y los Eduardos por "Teddy", aunque hubiesen nacido en la meseta o en sitios más improbables. Luego pasó tan anglófila e inocente costumbre a las bandas organizadas de atracadores de bancos y gasolineras, donde los cabecillas solían apodarse, para aumentar su leyenda callejera, como si fuesen "frontman" de la música ligera, de modo que no se sabía, al verlos aparecer por la puerta de un establecimiento, si venían a cobrar derechos de autor o bien a practicar un butrón. Desconocemos, a minuto procesal de ahora mismo, en cuál de las dos escuelas doctrinales, ambas de documentada trayectoria, se halla Eduardo "Teddy" Bautista, todavía responsable de la Sociedad General de Autores de España y ahora mismo empapelado por practicar ingeniería financiera de progreso. Quiero pensar que nuestro "Teddy" sigue siendo aquel pijiprogre candoroso de los setenta cuyo único episodio oscuro fue interpretar a Judas en el musical Jesucristo Superstar. Lo tendrá que sentenciar el juez Ruz. En cambio, las conductas sobre las que no es necesario investigar nada, puesto que resulta palmario que son corruptas a gran escala, son las de ese Ministerio de Cultura de González Sinde, que ha venido amparando a la SGAE.
Lo del Ministerio es delincuencial. No hay duda, puesto que todo viene en el BOE, acerca del tipo de gente con la que se alinea el Ministerio de Sinde. Aunque al final los directivos de la SGAE resultaran absueltos de sus presuntos delitos, la banda organizada para desviar dinero de los contribuyentes lo es seguro, sin presunción alguna, el actual Gobierno. El Ministerio fue capaz de legislar particularmente, en flagrante ilegalidad, contra los intereses generales y a favor de una organización privada con el objetivo de que se enriqueciesen los Teddys y demás (el canon "preventivo" en soportes digitales), los cuales servían a los objetivos políticos del Gobierno. No sabemos si Bautista, su segundo, ese tal señor Neri, y demás compañeros mártires se han apropiado del dinero indebidamente y son unos vulgares delincuentes, pero sí sabemos a qué se ha dedicado exactamente el Ministerio de Cultura desde que Zapatero ganó sus primeras elecciones. A casi nada limpio. No es que la ministra González Sinde tenga que dar explicaciones sobre lo de la SGAE. Es que es Bautista, en cuanto tenga un momento libre en su apretada agenda judicial, quien tiene que contarnos muchas cosas sobre el Gobierno.
No es que el Ministerio tenga alguna responsabilidad sobre lo que ha ocurrido en la SGAE: toda la responsabilidad es suya. El Ministerio es la SGAE. El Ministerio es la Academia de Cine. El Ministerio está privatizado en favor de unos pocos. La Academia ha redactado sin disimulo las leyes más lesivas del Ministerio contra los ciudadanos para que luego se las cobren en "cash" los inspectores de la SGAE. Ha tenido mala suerte "Teddy", porque ahora los "intelectuales y artistas" sirven menos para los objetivos electorales de Rubalcaba que el granero de votos del 15-M, y de aquí hasta las generales las descargas gratis, y hasta el top manta, van a estar protegidas por dispositivos policiales. Como pillen a Bosé riñéndole a un negrito, según suele, se la gana.