Eso de que el lector es libre de comprar o no no siempre es verdad. Pongamos por ejemplo ahora en la educación con los ordenadores se está pasando a los libros electrónicos. Lo que puede suceder es que una editorial limite el uso de un libro a un período de tiempo (un año) con lo que si una familia tiene varios hijos no se los puede pasar de unos a otros (yo heredé muchos libros de texto de mi hermana mayor), o pueden restringir su habilidad para imprimir o copiar texto. Estoy seguro de que el 99% de los que leen esta página y hayan estudiado en los últimos 25 años ha fotocopiado alguna página de un libro para hacer un trabajo, complementar apuntes, etc.
Además no nos olvidemos de las presiones de la SGAE, MPAA, etc sobre los gobiernos.
El libro está muy amenazado por sí mismo, en particular por la 'literatura de supermercado': todos esos novelones cursi-pornográficos, manuales de siempre lo mismo, toneladas de papelcuché viajero y cultural. Falta escuela y falta clase, y faltan autores, y así el Libro zozobra, en papel o en hertzios.
Soy lectora de libros electrónicos, y para personas que no sabemos mucho de informatica es un galimatías comprar un libro.Me es mucho más fácil bajarlo gratis ya que no me complican tanto la vida, compre uno en la casa del libro y al final no pude leerlo en mi soporte, he comprado otro en otra pagina y lo mismo, que te bajes un programa de ellos un follón, y es una lastima ya que es un invento fenomenal, no entiendo el porque no los prestan en las bibliotecas como el de papel o por Internet , y al cabo de los días que ellos te dejen automaticamente se borre y todos contentos
Me parece una broma decir que los libros digitales deberían poder comprarse anónimamente y prestarse etc, etc, etc. En ese caso nadie querria licenciarlos porque venderian unas pocas copias que serian inmediatamente replicadas hasta el infinito. En esto Stallman no lleva razón.
Hay mucho pirata suelto y los que somos clientes legales y de buena voluntad tenemos que sufrir las incomodidades y sobrecostes que implican las imprescindibles medidas de seguridad.
Por culpa de los terroristas, en los aeropuertos nos hemos resignado a hacer cola en el detector de metales y a que nos cacheen o a que nos abran la maleta. Por culpa de los piratas tenemos sobrecostes, incompatibilidades y restricciones.