En 2012, Estados Unidos tendrá su campaña electoral y en el partido republicano ya están tomándose posiciones de cara a las primarias. Algunos –que han demostrado una cierta capacidad política– ya están cambiando sus planteamientos iniciales con la finalidad de alinearlos lo más lejos posible del ideario progre. Por ejemplo, los antiguos gobernadores Mitt Romney de Massachusetts, Tim Pawlenty de Minnesota y Jon Huntsman de Utah ya han señalado que lo del calentamiento global es una pamema, que estaban equivocados cuando apoyaron semejante tesis y que, por supuesto, caso de ser el próximo presidente, no se gastarían un céntimo en semejante estafa.
Pawlenty, por ejemplo, no para de repetir al respecto: "I was wrong, it was a mistake, and I’m sorry" (Estaba equivocado. Fue una equivocación. Lo siento). Lo mismo podría decirse en el terreno de la sanidad. Romney defiende ahora que en su época legislar para que existiera un seguro sanitario obligatorio en Massachusetts podía tener un pase, pero que ahora obligar a todos los americanos a pasar por el mismo aro no es de recibo.
Se trata de importantes botones de muestra, pero no son ni con mucho los únicos candidatos que podría presentar el Partido Republicano. Newt Gingrich, el floridense Sid Dinerstein o el presidente del Partido Republicano en Louisiana Roger F. Villere Jr. van en la misma línea. Todo ello sin contar a una Sarah Palin que emergió este fin de semana en el Memorial Day rally provocando, primero, especulaciones sobre la posibilidad de que se presente a las primarias y, segundo, los comentarios de John McCain señalando que, de hacerlo, tiene no pocas posibilidades de conseguir la nominación.
A estas alturas, y antes de que se abra el proceso, la carrera hacia las primarias ya ha sido abandonada formalmente por media docena de primeras figuras como Mitchells o Huckabee, y podría contar con no menos de una docena de personas de extraordinario nivel que competirán por la nominación republicana y luego por el voto popular con un programa de menos gobierno, menos gasto y más individuo. Y es que si las primarias son una señal de la salud política, Estados Unidos es una nación democráticamente saludable. No se puede decir lo mismo en todas partes.