Efectivamente, hará lo que haga falta, incluso preparará con mucha antelación mecanismo que podrán ser usados con "naturalidad", es decir, como si con ellos no fuera la cosa, llegado el caso. Por eso, yo creo que los últimos acontecimientos "sociales" no son ni espontáneos ni casuales. Y por eso debemos estar alerta, porque el PSOE hará lo escrito y no escrito para no perder el poder, cuando menos, la hegemonía social.
Todas esas ideas que despliega en su artículo, sobre el comportamiento de las filas socialistas, se condensa en una palabra que los define: Fanatismo.
Intransigencia a todo aquello que les impida el acceso a los caudales del Estado; por eso, son capaces de todo (hasta de un 11-M, 12,13 y hasta un 14) para seguir en la mamandurria, sin importarles un pito los medios para conseguirlo, porque para los socialistas el poder es su única religión.
Efectivamente, el PP puede contraponer sus principios liberales, pero como carecen de fanatismo e idolatría, -que en estos casos, viene a ser lo mismo que luchar con fusiles de avancarga contra ametralladoras-, salen malparados; perjudicados por las limitaciones de la ética que se impusieron.
La diferencia de armamento es la diferencia de moralidad; los socialistas no conocen la moral, ni tienen interés en que se la presenten porque sus padres fundadores les aleccionaron, experimentando la ventaja descomunal de prescindir de cualquier sentimiento humano compasivo para lograr sus objetivos, ayudados además, por los "lastres" morales contradictorios de sus rivales: las reglas de juego tradicionales que impiden o dificultan el triunfo rotundo y definitivo.