La coacción en los ayuntamientos, grandes y pequeños, es la gran arma de los que, sólo con armar bronca por las noches y ahumar de marihuana los cerebros, tienen en un puño a toda la ciudadanía. Si asaltan un comercio, una plaza, o queman un autobús de cuando en cuando ya salen alclades: eso es bronca, y eso es terror. Hay que gastar en guardias y en protección ciudadana. Más y mejor policía.
Maite, desde una visión somera de los resultados de las últimas elecciones yo me preguntaba -tras el desastre recibido por ERC- cuál había sido en Cataluña el partido beneficiado del fenómeno determinante del éxito en las urnas de Euskadi protagonizado por Bildu. En su artículo Vd. me lo ha hecho notar. Se trata de eso que ha llamado CUP. Se me ocurre que el denominador común de los éxitos relativos de IU, Bildu, UPyD, CUP, votos en blanco y votos nulos está en el confuso y disperso fenómeno de masas cuya punta del iceberg se muestra en las proclamas del 11-My. Fenómeno que ha tenido su particular versión en los territorios de conciencia soberanista relevante. Si acierto, cuando se acabe la promoción social y el bullicio placero del movimiento 11-My, se acabarán esos éxitos, aunque algo quede.
Con placer.
La legislatura Montilla se la pasó todo el establishment catalán diciendo "que viene, que viene" (el independentismo) como consecuencia (según ellos) de no plegarse al estatuto pasando por alto sus muchas inconstitucionalidades. Y mira ahora, después de 30 años con la enseñanza en sus manos, y la fuerza de referencia del independentismo va a la baja, sin que esos votos emerjan de forma masiva en otra formación. España lleva 30 años supeditando su agenda política a los designios del nacionalismo catalán con el cuento de "no dar argumentos a los radicales". Ahora se demuestra que todo ha sido una filfa que sólo nos ha servido para desgastar energías en cuestiones secundarias y que nos ha llevado a un modelo de estado que es una ruína
Fenomenal articulo
Maite, el ERC parece estar hundido, pero CiU está más fuerte que nunca en los ayuntamientos. Además, otras ilustres sigles independentistas parecen querer tomar el relevo; el CUP, por ejemplo.
La coacción en los ayuntamientos, grandes y pequeños, es la gran arma de los que, sólo con armar bronca por las noches y ahumar de marihuana los cerebros, tienen en un puño a toda la ciudadanía. Si asaltan un comercio, una plaza, o queman un autobús de cuando en cuando ya salen alclades: eso es bronca, y eso es terror. Hay que gastar en guardias y en protección ciudadana. Más y mejor policía.
(Curioso el primer comentario; sólo leyó, mal, el resumen)