Los políticos son una desgracia
y nos van a llevar al precipicio.
Deberían prestarnos un servicio,
pero muestran tan solo ineficacia.
Los políticos no nos hacen gracia
porque cuidan su propio beneficio.
Y nos han provocado un estropicio
que podría matar la democracia.
Los políticos mienten, manipulan,
se corrompen, se tapan, disimulan
y someten las leyes a su pauta.
Los políticos son la pura ruina,
pero peor tragedia se avecina
con la revolución del perroflauta.