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Pro-vida, pro-choice

Las estadísticas muestran que cuando una madre se enfrenta con la palpitante realidad de que lo que lleva en su interior no es un absceso sino un ser vivo suele optar en un porcentaje elevadísimo por conservar a la criatura.

Divara dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 21:09:

Completamente de acuerdo, y además agradezco que escribas sobre un tema del que, como señala ONGIETOR, no se habla casi nunca.

Lo de la información a la embarazada me parece crucial. Y también me gusta la forma que tienen los norteamericanos de facilitar los procesos de adopción (que aquí son eternos y complicadísimos, y sé de lo que hablo).

Aprovecho para recomendar la película "Juno", que trata el tema del embarazo no deseado de una adolescente de una manera seria a la vez que desenfadada (que no frívola), y delicada sin caer en lo ñoño, y que demuestra que hay otra salida al aborto.

Saludos

viquinga dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 17:57:

Hola Lara,buen articulo, y además de verdad.Cuantas vidas se hubieran salvado en España, si se hubiera puesto en funcionamiento,esa ayuda.

En España, como bien sabes,hay que pedir permiso a los padres, para ir de excursión, pero para abortar,no se necesita nada, solo la voluntad desinformada, y al mismo tiempo bien dirigida por los gobernantes en la materia, de las adolescentes.

Un abrazo, cada vez me das más envidia, ojalá, pudieramos estár como en Estados Unidos.

AntiMarx dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 17:48:

Totalmente de acuerdo.

Esto es un negocio de la muerte, en el que siempre pierde el ser humano abortado y también, en la mayoría de los casos, la madre una vez lo ha hecho (síndrome post-aborto, entre otras cuestiones) A cambio, el que ayuda a concebir y luego se desentiende en ocasiones (me niego a llamarle 'padre', salvo que quiera conservar a la criatura) y/o la familia y/o amigas de la mujer que aborta (con argumentos tan asquerosos como 'No querrás arruinarte la vida, ¿verdad?') ven satisfecho su egoísmo. Y algunos hij@s de mala madre se forran (gracias, Mr. X y menestra Bibi)

En España hay recursos suficientes para apoyar a las madres (evidentemente no a las que se van de compras después de abortar, para no deprimirse, que alguna política hay así).

Pero es que proponer una reforma legislativa como la que comenta Lara, da mucho miedo, ¿eh, Mariasnín?

¿Qué creen que le dirá Arriola, marido de la pro-abortista Villalobos, a Rajao?
'No, campeón, que en España hay más de 100.000 abortos al año. Que te juegas la poltrona.'
Así nos va, con maricomplejines de opositor.
En EEUU hay esperanza gracias a la sociedad civil.
Aquí sólo nos queda Alcaraz en la lucha contra el terror. Y después ... el exilio.

Enhorabuena por el artículo.

punt dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 16:17:

100% de acuerdo.

El feminazismo genocida pretende que las mujeres aborten habiéndoseles negado la información más elemental sobre la verdadera naturaleza de lo que están a punto de hacer y sobre qué alternativas tienen aparte de la de matar a su propio hijo.

Inducir a alguien a hacer algo mediante engaños se llama comúnmente estafa o fraude.

Y la sangría abortista tiene dimensiones apocalípticas:

- 115.000 abortos "oficiales" al año en España.
- 50 millones de abortos "oficiales" al año en el mundo.
- 1.000 millones de abortos "oficiales" practicados en los últimos 30 años.

Cuando digo "oficiales" me refiero a que no se incluyen la infinidad de seres humanos muertos en abortos ilegales o químicos.

Eso sí, luego se rasgan las vestiduras porque les elevan la edad de jubilación un par de años, haciendo como que el haber asesinado a la juventud no fuera con ellos.

Un saludo.

ongietor dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 14:10:

¡Qué poco caso se hace de estos sangrientos temas! ¡Pobres criaturas!

Lluvioso dijo el día 12 de Mayo de 2011 a las 13:41:

Claro que se pueden salvar muchas VIDAS. Las teorías progresistas suelen practicar el buenismo y dicen ser humanistas; en este caso se sabe que lo que va a nacer es un ser humano. Ojalá muchas mujeres (y sus maridos o novios) opten por la vida que llevan en sus entrañas. Y que la sociedad tienda a apoyarlas, a ellas y a sus criaturas.