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Pedro de Tena

La "feria" del libro

A las demás provincias el libro no va a llegar y sólo podrá adquirirse por teléfono, por email o por internet. Y claro, dinero para una gran campaña de publicidad no tenemos.

Acabamos de oler los primeros ejemplares del libro La tela de araña andaluza. Hilos de un régimen, escrito por Antonio Barreda y yo y editado por nosotros. Tomamos la decisión de hacerlo así porque necesitábamos libertad para gestionar nuestro propio producto en todos sus elementos. Y ahí comenzó un calvario que quiero resumirles. No soy el primero en sufrirlo. Hablando con Luis del Pino ya me anticipó cómo serían las flagelaciones, los latigazos y el sufrimiento. Pues no se equivocó. No crean que es que haya habido presiones políticas, que no es el caso. Lo que pasa es que la sociedad española funciona mal y en vez de estar acostumbrada a la competencia y a la libertad, lo está al entorpecimiento de la iniciativa individual y privada, al enjuague y al acuerdo entre los poderosos del mercado.

Sepan que si es autor novel, lleva su libro a una editorial y se lo aceptan, al margen de lo que diga o cuente en sus páginas, lo que puede recibir a cambio es meramente un 10 por ciento de unas ventas que no podrá controlar. Esto es, poco más o menos un millón de pesetas como anticipo y luego, lo que le den si es que se vende y según lo que le digan. Como no se arriesgan, en general, a imprimir más que 2.000 ó 3.000 ejemplares, pues tendrá que tener varias reimpresiones para que el autor gane algo de dinero.

Y luego vienen dos gólgotas impresionantes. El de la distribución y el del ISBN, al menos en nuestro caso. Les puedo asegurar que no encontrará, si edita su propio libro, distribuidor nacional alguno. Nadie se hará cargo de su libro, porque, dicen, les interesan sólo las grandes editoriales y sus proyectos. Tendrá que ir, pues, librería por librería... Pero tampoco. Pues las librerías les dirán que no abren cuenta a un solo libro. Menos mal que existe la figura del distribuidor provincial o interprovincial que puede ayudarle. En mi caso, quiero dar las gracias en público a José Luis Sánchez Gea, de Dogma Libros de Almería, que me ayudó y va a distribuir el libro en sus provincias andaluzas y a Bernardo Calderóny su Centro Andaluz del Libro, viejo amigo, que hará lo propio en las suyas de Andalucía y Extremadura. Y espero que alguna distribuidora, alguna tengo en ciernes, pueda llevar el libro a las librerías de Madrid y Castilla la Mancha. A las demás provincias el libro no va a llegar y sólo podrá adquirirse por teléfono, por email o por internet. Y claro, dinero para una gran campaña de publicidad no tenemos.

En cuanto a lo del ISBN, International Standard Book Number, un registro numerado para todo libro sin el que no puede venderse legalmente, puedo decirles que se ha tardado casi un mes en conseguirlo, a máquinas paradas mientras tanto y gastos de almacenamiento y envíos corriendo. Sin embargo, hay editoriales que tienen hasta 50 números de ISBN o más almacenados para sus productos (de hecho, alguna me lo ha ofrecido a cambio de editar ellos mismos el libro, claro).

Así que estamos exhaustos. Por favor, que España cambie cuanto antes.

En Sociedad

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