Gente que por lo demás es cuerda especula con que la secretario de Estado dimitirá y retará al presidente Barack Obama por la candidatura demócrata en 2012. Pero el inútil desafío de Hillary tendría un efecto mucho más nocivo que el causado a Al Gore por el repudiado Ralph Nader en el 2000. Después de que los demócratas dejen de culparla por la caída de Obama en la derrota de 2012, ni Bill ni Hillary podrán reservar mesa en Fatburger.
Éstas son las 10 razones que harán que no se presente:
1. No está loca. Si se presenta, perderá. Los Clinton no pudieron derrotar a Obama cuando era un senador advenedizo sin experiencia. ¿Y se supone que van a arrebatarle la candidatura siendo presidente titular advenedizo? Seguro.
2. ¿Cuál sería exactamente el lema de su candidatura? ¿Que Obama es un presidente confuso e indeciso? ¿Que Obama tardó una eternidad en decidir que la Guerra de Afganistán es digna de librarse y ganarse? ¿Que Obama hizo las promesas imprudentes de cerrar la bahía de Guantánamo y juzgar por lo civil en Nueva York a Jalid Sheij Mohammed? ¿Que, después de criticar ingenuamente la dirección de la Guerra contra el Terror por parte del presidente Bush, Obama está siguiendo casi todas sus políticas? Todo cierto. ¿Y qué? A los socialistas les gusta que sus demócratas vacilen en política exterior. Equiparan vacilación con seriedad.
3. Los demócratas que votan en las primarias adoran a Obama. Él aprobó el Obamacare mientras que el presidente Bill Clinton no presentó el Hillarycare. Obama tramitó "el estímulo", y de esa forma recompensó a los empleados públicos que le ayudaron a hacerse con la presidencia. Relevó a dos magistrados de izquierdas del Supremo con otros dos magistrados de izquierdas. Los demócratas culpan de lo que falta –la legislación sobre racionamiento de emisiones de CO2, el sistema de votación sindical, la subida tributaria a las rentas más alta– a la oposición republicana-Tea Pary contra el presidente negro (alias racismo). ¿No lo tiene todo?
4. Hillary obligaría a Obama a gastar dinero en defenderse de ella, debilitándolo económicamente: Con menos dinero en las arcas de campaña de Obama, una victoria republicana se vuelve más probable. Las donaciones de campaña fluirían de Obama a los republicanos, a medida que los lobistas se olieran el desastre y se fueran subiendo al bando ganador.
5. El envite de Hillary proporcionaría cantidades sustanciales de lemas anti-Obama, bromas y humillaciones... deliciosamente útiles todas.
6. La analogía de 1968 es mala. El presidente Lyndon Johnson fue desafiado desde la izquierda. Se enfrentó a un rival formidable en Eugene McCarthy, que tenía un contundente mensaje antiguerra de Vietnam que resonó entre los jóvenes que se enfrentaban al servicio militar obligatorio. Causado el daño, Robert Kennedy se subió a la carrera cuatro días más tarde: enfrentándose a una batalla contra "la realeza" Kennedy, a un recuento de cadáveres de la guerra de Vietnam cada vez más alto, el cansado Johnson sorprendió a la nación con la decisión de no presentarse. Clinton carece de cualquier pretexto estilo McCarthy para dejar herido a Obama. Además, Obama no está cansado del puesto. La juventud tampoco está inquieta con Afganistán e Irak, teniendo en cuenta que tenemos un ejército profesional.
7. La analogía de 1980 es aún peor. El presidente Jimmy Carter fue desafiado desde la izquierda. Pero aún con el aura Jack-Bobby-Camelot de Kennedy todavía muy intensa, Ted Kennedy no supo desbancar a un titular débil rechazado y visto con recelo por su propio partido. Carter sobrevivió a una convención política desagradable y divisiva. Las credenciales izquierdistas de Obama, sin embargo, permanecen intactas.
8. Los Amigos de Bill, ahora trabajan para Obama o quieren trabajar para Obama. El antiguo asesor político de Bill Clinton, Rahm Emanuel, acaba de cumplir un ciclo como jefe de Gabinete de Obama. El nuevo jefe de Gabinete de Obama fue secretario de Comercio en la administración Clinton.
9. Los medios de comunicación siguen adorando a Obama. Le ayudaron a salir elegido, y le ayudarán a salir elegido candidato y luego a salir reelegido. Obama, sólo entre los principales rivales demócratas en 2008 –y para delicia de los principales medios– se opuso desde el principio a la "estúpida" Guerra de Irak. Ellos se acuerdan. Además, bastantes "periodistas" muy bien relacionados abandonaron sus publicaciones con pérdidas, moribundas o convalecientes, y ahora trabajan para Obama.
10. ¡Los negros se volverían absolutamente locos! El 95 por ciento del bloque electoral negro pro-Obama 2008 se derrumbaría si Hillary llegara a intentar "robarle" la presidencia al primer presidente negro. Si de alguna manera, de alguna forma, lograra hacerse con la candidatura, los negros no votarían a los republicanos, pero es seguro que se quedarían en casa el día de las elecciones.
Resumiendo: si Clinton retara a Obama causaría tanto perjuicio e indignación dentro de la formación que los republicanos podrían presentar candidata a Nicole Polizzi en 2012... y ganar.
Así que, por favor, Hillary, hazlo. Por tu país.