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La tentación totalitaria de la censura

Cuando de limitar la libertad se trata, los políticos siempre encontrarán palabras bonitas que les permita justificarse. Pero ser ciudadano consiste, en buena medida, en no dejarse engañar.

berdonio dijo el día 15 de Abril de 2011 a las 18:24:

No existe más pluralismo político, más imparcialidad, más igualdad, que el garantizado por normas universales y abstractas de mera conducta negativa (por oposición a normas de organización); es decir, se trata de conceptos meramente jurídicos, supeditados a la libertad y a su condición necesaria, la ley.

Existe, en consecuencia, una radical contradicción cuando se manipula y confunde un concepto esencialmente abstracto dándole un sentido concreto. Por ejemplo, nadie puede negar que el pluralismo político garantiza la libertad ideológica de cualquier agente privado (es condición a priori, abstracta), pero no que cualquier idea posible esté representada en una medida determinada (condición a posteriori, concreta). Esto último no sólo es arbitrario sino que entra en abierta contradicción con lo primero: la única manera de alcanzar resultados concretos es negando la potencialidad, lo abstracto. La única manera de conseguir el falso pluralismo de premeditadas representaciones impuestas es eliminando el auténtico pluralismo de no impedir que cada uno piense como quiera y actúe en consecuencia en el fuero privado.

Es similar aberración a predicar que tras lograr la igualdad jurídica hay que buscar la igualdad real. NO HAY MANERA DE ALCANZAR LA SEGUNDA SIN CARGARSE LA PRIMERA. Claro, la objeción inmediata de los ceporros es que la igualdad real es la importante, algo tan sensato y lógico como decir que lo importante de una carrera es que todos lleguen a la vez con independencia de méritos y sacrificios.

Así pues, las excusas del totalitarismo con piel de cordero se autorrefutan: sus defensas retóricas de las más nobles ideas ocultan su vulneración y desprecio sistemático.

De todas maneras, lo cierto es que el pluralismo, abstracto o concreto, les importa una higa. Dictan así porque saben que el debate lo tienen más que perdido y sólo les queda enfangar el terreno lo máximo.