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Salvador Ulayar

La manifestación y las otras actas

Pareciera que Rajoy pretendió este sábado dar una patada a cierto sector de su partido y medios de comunicación, en el culo de los asilvestrados de VCT: la potencia y el mensaje los pongo yo.

Con nulo éxito suelo pedir que Rajoy desvele su acuerdo de 2008 con Zapatero, eso que llama Pacto Antiterrorista y al que se refiere argumentando su apoyo a la política zapatera en la materia. Tramposa referencia pública, pues se nos oculta su contenido. ¿Por? Tal pacto secreto es supervisado en el día a día por Trillo y Rubalcaba. Tengo para mí que de ahí derivó la liquidación de la Rebelión Cívica de la AVT. El acuerdo del Congreso autorizando la negociación con la ETA sigue intacto, el etarra jefe negociador Ternera continúa localizado y libre. Pero el PP –y no sólo el PP– calla. Incluso cuando Egiguren se jactaba hace pocas semanas del buen rollito mantenido con el terrorista.

Ante las críticas contra el socialista contertulio del asesino múltiple, el popular Oyarzabal salió en su socorro. Pa´ no echar gota. Anotemos en los antecedentes una reflexión escuchada en la junta directiva pepera tras las elecciones de 2008: la derrota se produjo en buena parte por su actitud en contra de la negociación con la banda. Aquello no rentaba. En otro nivel –-¿inconexo?– el presidente navarro, el regionalista Miguel Sanz, y su meliflua actitud hacia Zapatero han colaborado en el general aletargamiento, en la banalización de los síntomas que apuntan a la continuidad del apaño con la banda. Para Sanz lo preocupante de las actas son las posibles fisuras de la unidad contra la ETA, ese mantra adormecedor, más que su contenido. Al tiempo que asegura que no hay negociación: lo sabe él. ¿A qué servidumbre responde? ¿O se trata de su confianza en los acreditados veraces Rubalcaba y ZP? Sigo.

Con la salida de Alcaraz de la AVT, cansado de pelea cívica, comenzó la liquidación de la Rebelión Cívica. Se desmontó la entidad empezando por sus trabajadores, a los que el trato dispensado por el despótico Casquero, con la actual presidenta Pedraza de vicepresidenta, fue incalificable. Muchos delegados territoriales dimitimos para no ser cómplices en ese y otros desmanes. Y pasó que a la AVT, oh casualidad, también dejó de interesarle el paradero de Ternera. El pasado verano pasmaba Pedraza diciendo que concedía un aprobado a la gestión de Rubalcaba y que no iba a dejarse arrastrar por quienes denunciaban que la negociación con la ETA sigue. Ya se conocían las vergüenzas de las actas y el Faisán.

Total, llegaron las movilizaciones de Voces Contra el Terrorismo contra la negociación y la presencia de la ETA en las instituciones: un éxito ciudadano que evidenciaba a la AVT. A pesar del ninguneo mayoritario, cuando no boicot, de los medios de comunicación. En estas estábamos cuando al mes de la manifestación del 5 a las 5, la AVT se ve empujada a anunciar la suya. Pasa de no considerar oportuna la movilización de VCT, malmetiendo además contra la misma sotto voce, a pregonar la imperiosa necesidad de esta, cuando nada había modificado el paisaje que justificara tal viraje.

Generosamente VCT se suma desde el minuto uno. Y ocurrió lo que muchos se maliciaban: en el estrado del sábado sonaron discursos que, oh casualidad, no se salieron del folio del discurso popular, dejando desorientados a buena parte de los asistentes que, dicho sea de paso, no alcanzaron en número a la del 5 a las 5 de Voces Contra el Terrorismo. Ello a pesar de la milonga ovejuna de la unidad casi unánime de todas las víctimas supuestamente representada por las entidades concurrentes. Curiosa unanimidad que comprende a la mitad de las existentes. Cierto es que el número no añade ni quita razones, pero como tampoco lo hacía la falta de unanimidad (¿de esa curiosa unanimidad de su mitad?) de las entidades de víctimas cuando convocó VCT.

Pareciera que Rajoy pretendió este sábado dar una patada a cierto sector de su partido y medios de comunicación, en el culo de los asilvestrados de VCT: la potencia y el mensaje los pongo yo. Ha poco dispuso la máquina contra el 5 a las 5 y ahora lo ha hecho a favor del 9 de abril. Pero parece que la calle no es de Rajoy y que aquella ciudadanía hermosa acude por principios, no al silbato partidista. Incluso en este segundo caso menos, como pudimos apreciar. Esperanza que permite vislumbrar un sector de la sociedad civil libre del yugo partidista. Rajoy en el Congreso reclamó las actas de ZP y la ETA. Ya sólo nos faltan las del pacto de 2008 entre el gallego y ZP. Las otras actas.

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