Brillante. Por estas y otras razones hace tiempo que dejé de votar al PP.
Siempre he considerado que Rajoy era alguien de la derecha de alquiler, colaborador necesario de los nacionalistas.
No se negará que Aznar tenía una inaudita perspicacia para elegir a algunos, entre los que sobresale por méritos propios esa mezcla de bobería canallesca cobardona.
El flash que obtenemos hoy de ese engendro virtual conocidos como España -al menos allende sus teóricos límites-, se presenta nítido: dos áreas económicamente desarrollas, cuyo objetivo es mantenerse en las peanas, y para ello, sus elites hacen lo que hay que hacer : mantener bajo el signo de la gilipollez al resto de los habitantes del teórico estado. La capacidad de compra de las ratas apoltronadas en Madrít es una forma de definir ese panorama, ¿solo desde Felipe V?
Cualquier mentira dicha con insistencia, acaba convirtiéndose en un dogma, diría don José G.
Viendo el paisaje de Costa del Marfil, por ejemplo, y comparándolo con el de Francia, se deduce que la riqueza del hexágono ha sido succionada por los negros de la Côte d'Ivoire.
Viendo el estado de Cataluña o el P. Vasco por un lado, y, por otro, el de sitios como Toledo, Valladolid, Badajoz, Teruel, Granada o Burgos, no cabe ninguna duda de quien succiona a quien los recursos. Claro que otra explicación es que los habitantes de esos territorios se mantienen bien agilipollados: no cortan el escroto de quienes les declaran ciudadanos de segunda, y como repuesto, ahí están cosas como esa llamada Rajoy. c