¿Leyendo a Stallman últimamente? En fin, ya veremos hasta dónde llega la moda de la nube, porque no creo que sirva para todo. Se impondrá donde sea realmente útil.
Las nubes se las lleva el viento. Asi que yo no tengo nada en la nube de lo que no tenga una copia... ¿O es que no os acordais de cuando con los Spectrums habia que copiar los juegos en 2 o 3 cintas por si se estropeaban?
No estoy de acuerdo en que cambiemos posesión por acceso ubicuo. En primer lugar, puede que en algún momento _necesites_ escuchar una canción y no tengas acceso a internet, por estar en medio de ninguna parte o algo peor.
Y en segundo lugar, tenemos asociado el concepto de pago con el concepto de posesión, aunque sea de manera temporal. Si compras música en internet y la dejas en la nube, sigues siendo propietario de lo que has comprado, aunque sea sólo el derecho a escucharlas cuando quieras, de modo que, si te impiden ejercer tu derecho sentirás una indignación digital, equivalente a la analógica de la estafa o el robo.
No hablemos sólo de un problema en sus servidores ¿Y si tu ISP te deja colgado? ¿Y si te vas de viaje a Londres, intentas acceder a tu lugar especial y te salta un mensaje que dice que la ley tal y tal prohibe que puedas acceder a tus archivos desde ese país? ¿Y si hay un cataclismo del quince y nos quedamos sin energía eléctrica? ¿Es que nadie va a pensar en los niños?
De la misma forma que estoy en contra de las leyes de precios mínimos y precios máximos (¡Viva Hazlitt!), entiendo que un vendedor puede vender el mismo producto tantas veces como quiera al mismo comprador (siempre que no le engañe diciendo que es una cosa distinta), y que tal cliente tiene derecho a negarse a comprar por segunda vez lo mismo. Aunque, obviamente, si pierdes tu colección de vinilos en un incendio y no tienes ninguna clase de seguro (¡donoso negocio!) no tendrás más remedio que volver a comprarlos, ya que no es justo reclamar al vendedor una compensación por un daño que no es responsabilidad suya. Y lo mismo se puede decir de colecciones de música cuya única existencia física es la etérea ordenación de ciertos electrones en un medio magnético. O la no menos abracadabrante memoria flash.
Siempre existe una causa material, aunque no seamos dueños del soporte en que esté grabada, o tal soporte se encuentre a miles de kilómetros de donde vivamos.
En todo caso, si algo es importante, copiálo y guárdalo en varios sitios. Y cífralo, por si las moscas.