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Agapito Maestre

Silencio de Rajoy

La actitud de Rajoy es, aunque me cueste reconocerlo, coherente con su trayectoria en las dos últimas legislaturas. No estoy de acuerdo con esa actitud, pero sería absurdo criticarlo por incoherente.

La gente próxima al PP pide la dimisión de Rubalcaba por el caso Faisán, pero Rajoy guarda silencio. Raro. La prensa crítica con el Gobierno exige que dimita Rubalcaba por "colaboración" con banda armada, pero Rajoy es prudente en sus consideraciones sobre el caso Faisán. Extraño. ¿Por qué no pide directamente y con fuerza Rajoy aquello que viene defendiendo el PP a través de las preguntas del señor Gil Lázaro a Rubalcaba? ¿Por qué Rajoy tiene tanta prevención a denunciar los cambalaches del PSOE con ETA?

Creo que la actitud de Rajoy es, aunque me cueste reconocerlo, coherente con su trayectoria en las dos últimas legislaturas. No estoy de acuerdo con esa actitud, pero sería absurdo criticarlo por incoherente. Al contrario, como dijo ayer Ortega Lara, el señor Rajoy ha apoyado a las víctimas del terrorismo, mientras pudo sacarles algún rédito electoral, pero, en verdad, siempre fue a remolque de las grandes manifestaciones convocadas por las víctimas. En segundo lugar, Rajoy nunca fue partidario de seguir a pies juntillas la denuncia de Mayor Oreja sobre la negociación del Gobierno con ETA. Y, en tercer lugar, cuando los medios críticos con el Gobierno mostraron de todos los modos posibles que Zapatero estaba negociando con ETA, él se limitaba a contemporizar y, por supuesto, a defender con el Gobierno el retórico Pacto Antiterrorista para acabar con ETA.

Aquel tiempo fue decisivo para denunciar al Gobierno, pero Rajoy estuvo callado, o peor, actuó de modo remiso. Sí, sí, en ese tiempo en que se produjo el caso Faisán también hubo muchos otros acontecimientos graves de colaboración entre el Gobierno y ETA, que fueron denunciados por las víctimas del terrorismo y por los medios de comunicación, pero Rajoy prefería decir tópicos sobre cómo combatir a ETA colaborando con el Gobierno. Nadaba y guardaba la ropa. Malo. Perdió, literalmente, el tiempo. Era el tiempo de la crítica política sería, acerada e implacable contra el Gobierno, pero Rajoy optó por lo trillado y tópico, o peor, dejó a las víctimas del terrorismo que se quemarán solas en la denuncia, y a Mayor Oreja le permitió ir por libre sin demasiados aspavientos.

El tiempo de la crítica seria y contundente del PP a la negociación del Gobierno de Zapatero con ETA ha pasado para Rajoy. Las elecciones del 2008, por desgracia, cerraron, desde el punto de vista político, lo más perverso del Gobierno de Zapatero. Otra cosa es el asunto judicial. Rajoy lo sabe y, ahora, no se atreve a reabrir un asunto vital para la democracia. No quiere correr el riesgo de que los socialistas le llamen mentiroso, o peor, no quiere oír la fórmula socialista: "El PP también negoció con ETA en Ginebra".

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