Ya dijo Mariano Rajoy que, en ocasiones, le cuesta entender su propia letra. Pero no parece que sea esa la razón que le impida leer punto por punto el argumentario que ha elaborado el PP sobre la rendición ante la ETA. Si esta es la postura oficial del PP –lleva su membrete–, ¿por qué no la expresan públicamente?
Mariano Rajoy asomó firmeza ante los suyos devolviéndole a Rubalcaba la famosa frase de que no nos merecemos un Gobierno que mienta, la que le apeó del poder que rozaba con los dedos un 13 de marzo de 2004. O sea, que Rajoy ya no cree a Zapatero en la lucha antiterrorista aunque haya dicho decenas de veces que sí. Aunque haya dejado en la estacada otra decena de veces a Jaime Mayor Oreja. Según parece, ahora volvemos a ese 4 de julio de 2007 en el que Rajoy espetó a Zapatero: "O muestra las actas de la negociación con ETA o debe tomar el camino de la Zarzuela". Quizá vuelva a esa otra sentencia, pronunciada como la anterior en un Debate sobre el estado de la Nación. Fue un 5 de mayo de 2005: "Usted ha traicionado la memoria de los muertos". Recomiendo leer aquí un extracto de su discurso escrito y leído en su integridad.
Pero, de momento, este miércoles hemos asistido a otro frenazo. Sólo seis minutos para despachar el cóctel chivatazo-actas. Rajoy, ni palabra. Sólo economía. Soraya hizo amago pero se quedó en una vaga alusión al "Ministerio del Interior" para dejar paso a la "tradicional pregunta del diputado Gil Lázaro"... y a la tradicional respuesta-burla de Rubalcaba, que siempre acaba en las filas en las que militó su padre cuando todavía no había televisión. A veces da la sensación de que en el PP dan por amortizado a Gil Lázaro y no quieren compartir sus angustias.
El argumentario escrito del PP contra la política antiterrorista del Gobierno –que es de rendición y traición– es impecable. El argumentario hablado sigue inédito, salvo el arranque ciclotímico del otro día.
Digan lo que escriben. Cabe suponer que es lo que piensan. Si no, abren la sospecha de que es verdad que no entienden –léase comparten– su propia letra. Aunque sea mecanografiada y lleve el membrete de la gaviota.