Varios medios de comunicación dan por hecho que Zapatero no se presentará a las próximas elecciones. Yo también soy de esa opinión. El asunto es cómo se resolverá la crisis. Confieso que estoy muy interesado en conocer los tiempos y las estrategias que utilizará el PSOE para explicar los cambios. De eso dependerá, sin duda alguna, el fiasco total o quizá el control de una derrota mínima en las próximas elecciones. El PP debería estar muy atento a esos movimientos socialistas, entre otras razones porque de ellos dependerá su resultado electoral. Saber responder con celeridad e inteligencia a los movimientos socialistas, buscar los elementos diferenciadores con el PSOE y saberlos explicar a la opinión pública será tarea decisiva del PP, si es que quiere seguir manteniendo la distancia que le dan las encuestas.
De momento, es menester reconocer que el PSOE, desde el día que se anunció que se suspendía el mitin de Vista Alegre, está preparando con esmero y mucho trabajo la fecha del cambio de líder. Quizá ese día esté ya cercano, entre otros motivos porque las encuestas siguen devorando al PSOE. Por este camino, el tiempo sigue jugando en favor del PP; la crisis económica es de tal envergadura que, a pesar de las medidas adoptadas, no llegarán los "brotes verdes" antes de las elecciones. El PSOE, pues, trata de parar cuanto antes la sangría de votos que Zapatero está provocando, según todos los sondeos de opinión. La sustitución parece inmediata; no obstante, el PSOE se ha dedicado en los últimos tiempos a proteger a su líder, y por supuesto el mismo Zapatero se ha empeñado en tomar decisiones, especialmente en el ámbito económico, que consigan lavarle la cara y salir del poder con menos heridas de las previstas. Algo que el PP, dicho sea de paso, no ha sido capaz de ver y, sobre todo, de utilizar políticamente para presentar alternativas que pudieran atraer a un electorado más amplio, pues que, según también las encuestas, se vota al PP no por lo que propone sino por el rechazo al PSOE.
Así las cosas, prepárense los de Rajoy con la resolución de la crisis socialista y, por otro lado, tomen nota de cómo sus adversarios aprovechan todo pro domo sua, por ejemplo, la crisis de Libia y la tragedia de Japón. En el primer caso, no sólo el PSOE está saliendo sin rasguños de la decisión adoptada, es decir, pro belicista, sino que Zapatero está limpiando su negra imagen de ser el representante occidental de la islamista "alianza de civilizaciones". Por otro lado, el accidente de la central nuclear de Japón será utilizado por el PSOE contra el PP, porque, según dicen algunas fuentes, la defensa de la energía nuclear era uno de los principales ejes que tenían los de Rajoy para la próxima campaña electoral.
¿Mantendrá Rajoy la necesidad de la energía nuclear o persistirá en la política de Aznar de no construir una sola central nuclear?