El Congreso de EEUU votó este sábado eliminar del presupuesto para 2012 la partida destinada a financiar al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, el famoso y nobelizado IPCC. La enmienda a la ley de presupuestos, propuesta por el republicano Blaine Luetkemeyer, fue aprobada tras una contundente votación 244 a 179.
Luetkemeneyer convenció a la mayoría de los congresistas con un discurso en el que planteó que si las familias norteamericanas están apretándose el cinturón en cuestiones importantes, qué menos que el Estado haga lo propio dejando de financiar a un panel de Naciones Unidas cuya objetividad científica está en tela de juicio desde hace años. Son muchos los científicos que se han retirado de este panel –y más aún los que se niegan a colaborar con sus trabajos– debido a las tendenciosas conclusiones que suelen incorporar en el resumen para políticos.
El IPCC, que compartió el premio Nobel de la Paz con Al Gore en 2007 por sus trabajos sobre Cambio Climático, mantuvo durante años la teoría del Palo de Jockey contra el criterio de numerosos científicos. Sólo cuando Steve McIntyre desmontó pieza por pieza esa teoría catastrofista, el IPCC se desembarazó de ella sin dar explicaciones. Pero el Luetkemeyer no se refirió a estas cuestiones sino a la participación de muchos de los científicos que colaboran activamente con el Panel, en el Climategate, el escándalo de los e-mails gracias a los que se supo que muchos de los líderes científicos del catastrofismo calentólogo habían escondido datos, ocultado importantes dudas, boicoteado a todo el que no pensara como ellos, silenciado voces discordantes y retorcido las series estadística todo lo que habían podido para que la "realidad" encajara de algún modo en sus teorías alarmistas.
Otro argumento de Luetkemeyer que ayudó a convencer al Congreso (de mayoría republicana: 242 frente a 193 desde el descalabro de partido de Obama en los midterms de finales del años pasado) fue que más de 700 prestigiosos científicos internacionales han contestado al último informe del IPCC en un informe de 740 páginas. Entre estos científicos se encuentran miembros del Departamento de Energía y Defensa de los EEUU, de la Fuerza Aérea y Naval, de prestigiosas universidades como Harvard, MIT o Princeton, e incluso de la Agencia de Protección Medioambiental de los EEUU.
La eliminación de la partida de 13 millones de dólares que Obama pensaba conceder al IPCC en la ley de presupuestos que estudia en este momento la Casa de Representantes estadounidense supondría, de confirmarse en el Senado, un duro golpe político y financiero para Naciones Unidas y su plan de instaurar un sistema de racionamiento de emisiones a escala global. La decisión, que se produjo a las dos de la mañana (habrá que reconocer que los congresistas estadounidenses trabajan más que los nuestros), llega pocos días después de que el Gobierno estadounidense se diera por vencido en su intento de establecer un sistema de racionamiento de emisiones de CO2 y comercio de derechos de emisión en el país. Las encuestas muestran que los ciudadanos rechazan mayoritariamente ese tipo de medidas y los líderes republicanos no han tenido más que mostrar el video en el que Obama reconocía, poco antes de ser nombrado presidente, que esas medidas que intentaría aprobar necesariamente dispararían el precio de la electricidad. En fin, lo que ha pasado aquí en España, donde la electricidad se ha disparado desde que Zapatero llegó al poder defendiendo ese tipo de medidas. La diferencia es que Zapatero ya se las encontró aprobadas por el Gobierno del PP.