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Guillermo Dupuy

¿Quién ha sido, Rubalcaba?

Supongo que el conocido compromiso de Zapatero de "dar una salida a los presos" ya no sigue vigente ni conlleva tampoco un "no dar entrada" a los criminales que permanecen prófugos.

Recuerdo la repugnancia que me causó esta pregunta, nada más conocerse la matanza del 11-M: a pesar de ser, en ciertos aspectos, absolutamente lógica, me parecía evidente que los que la formulaban en ese momento no se referían con ella a los nombres y apellidos de los criminales que acababan de perpetrar la mayor masacre terrorista de nuestra historia; ni tampoco que expresaran con ella un loable afán de que dichos crímenes no quedasen impunes. A lo que se referían los socialistas con esa pregunta –lógica en la forma, abyecta en el fondo– era a la clase de terroristas que habían perpetrado la masacre, con la exclusiva finalidad, en el caso de ser islamistas, de servirse de ellos en su coincidente objetivo de que ese derramamiento de sangre pudiese servir –como de hecho sirvió– para acabar electoralmente con el Gobierno del PP.

A pesar del descarado desinterés, cuando no oposición, por responder a esa pregunta que han mostrado los socialistas, en general, y Rubalcaba, en particular, desde el 14-M, no me voy a referir ahora al 11-M. Tampoco este "¿quién ha sido?" va dirigido a saber el autor de la orden de perpetrar el chivatazo a ETA en el Bar Faisán; pregunta que la lógica más elemental y un montón de elocuentes hechos creo que ya me han respondido desde hace tiempo.

Ahora me refiero a quiénes han sido los autores de los 330 asesinatos, secuestros o lesiones cometidos por ETA desde 1977 que, según la Fundación Víctimas del Terrorismo, todavía no han sido resueltos ni juzgados. Lo digo, no ya reprochando a Rubalcaba lo poco que ha hecho por esclarecerlos, sino lo mucho que ha ocultado esas causas pendientes con la Justicia. En este sentido, ¿va Rubalcaba a atender la solicitud que, desde el PP, por fin se le ha hecho, destinada a la urgente creación de un registro con la situación procesal de todos los atentados graves de ETA?

Si, según dice Rubalcaba, el Gobierno ya no negocia con ETA, supongo que ya no le importará dejar de contar con la condescendencia y la normalidad con la que la clase política y periodística de este país ha asumido el "caso Ternera". Ahora parte de nuestras élites por fin se escandalizan de que policías alertaran a los extorsionadores de ETA de que estaban siendo vigilados por orden del juez Marlaska, pero siguen viendo de lo más normal que un presidente de Gobierno enviara mensajes a uno de los jefes de la banda que estaba y sigue estando bajo orden de búsqueda y captura de nuestro Tribunal Supremo por su implicación en la masacre de la casa-cuartel de Zaragoza.

Como, según Rubalcaba, ya no estamos en un proceso de paz con la banda, supongo que el conocido compromiso de Zapatero de "dar una salida" a los presos ya no sigue vigente ni conlleva tampoco un "no dar entrada" a los criminales que permanecen prófugos. ¿O es que la condena "a la violencia futura" de ETA, que tanto ha elogiado Rubalcaba de los proetarras, conlleva, por su parte, la impunidad de su violencia pasada?

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