La última peli que intenté ver de "cine" "español" fué "El laberinto del fauno". Cuando al empezar salió el coronel franquista, malo, muy malo, con permiso de mi partenaire apagué el DVD para devolverlo al dia siguiente, y nos fuimos a practicar algo más enriquecedor y lúdico.
Me importa un bledo podrido lo que puedan cometer con mi dinero. Hasta que oiga que Victor Erice o Garci nos regalan con otra peli, no quiero saber nada de ellos. Tomé conciencia real del problema con "Los lunes al sol", esa loa vomitiva de vagos hipócritas y sinverguenzas que sablean a su "amigo" empresario de la hostelería a la vez que se benefician a su hija menor. Que se coman su pa negre en su Coprópolis
La secta que controla el cotarro del cine español, en lugar de resignarse a una estrategia de aperturismo dictada por las circunstancias, opta por enroscarse como una serpiente, bunkerizarse en su sectarismo y expulsar, castigar o ningunear a cualquier sospechoso de heterodoxia, como el propio Álex, que ha visto relegada su creación a premios menores (cuando tenía 15 nominaciones) en beneficio de un producto que encarna a la perfección el espíritu de la secta. Parece que han elegido divorciarse definitivamente de la realidad, de la sociedad española, y aferrarse a sus privilegios con una tenacidad propia de una casta privilegiada que ve peligrar su estatus.
Yo, en cambio, no veo en perspectiva la posibilidad de que sean destetados de una vez. Parafraseando a Polancone, "en este país no hay cojones de negarles el chupete a los titiricejas".