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Alberto Gómez

Las luces se apagan en toda Europa

No es sólo el privilegio, sino también el deber de los pueblos libres –y por lo tanto también mi deber como miembro del Parlamento holandés– el hablar en contra de cualquier ideología que amenaza la libertad.

A Geert Wilders le han sentado otra vez en el banquillo hace dos días por hablar mal del islam. Uno tiene que contener la náusea leyendo como tratan al "ultraderechista" Wilders los medios de información europeos, cómplices de lo que él denuncia. ¿Qué decir? Lo mejor es traducir su alegato de defensa en este juicio, que debería ser recordado junto con discursos como los de Churchill durante la Segunda Guerra Mundial... o ser olvidado para siempre, junto con nuestra libertad. Dice así:

Las luces se apagan en toda Europa. En todo el continente en el que nuestra cultura floreció y donde el hombre creó la libertad, la prosperidad y la civilización. La fundación de Occidente está siendo atacado por todas partes.

En toda Europa las élites actúan como protectoras de una ideología que se ha empeñado en nuestra destrucción durante catorce siglos. Una ideología que ha surgido desde el desierto y que puede producir desiertos sólo porque no reconocen la libertad de las personas. El Mozart Islámico, el Gerard Reve Islámico [un autor holandés], el Bill Gates Islámico no existen, porque sin libertad no hay creatividad. La ideología del islam es especialmente conocida por el asesinato y la opresión, y sólo pueden producir sociedades atrasadas y pobres. Sorprendentemente, las élites no quieren escuchar ninguna crítica de esta ideología.

Mi juicio no es un incidente aislado. Sólo los tontos lo creen así. En toda Europa las élites multiculturales están librando una guerra total contra sus poblaciones. Su objetivo es continuar con la estrategia de la inmigración masiva que en última instancia se traducirá en una Europa islámica, una Europa sin libertad: Eurabia

Las luces se apagan en toda Europa. Cualquier persona que piense o hable por sí misma está en riesgo. Los ciudadanos amantes de la libertad que critican el islam, o incluso simplemente sugieren que existe una relación entre el islam y el crimen o crímenes de honor, deben sufrir y verse amenazados y tratados como delincuentes. Los que dicen la verdad están en peligro.

Las luces se apagan en toda Europa. En todas partes, la policía orwelliana del pensamiento está trabajando en la búsqueda de delitos de opinión en todas partes, metiendo a la población de nuevo dentro de los límites donde se permite pensar.

Este juicio no es acerca de mí. Se trata de algo mucho más grande. La libertad de expresión no es propiedad exclusiva de los que pertenecen a la élite. Es un derecho inalienable, el derecho natural de nuestro pueblo. Durante siglos se han librado batallas por ella, y ahora está siendo sacrificada para complacer a una ideología totalitaria.

Las generaciones futuras mirarán hacia atrás en este juicio y se preguntarán quién tenía razón; quién defendió la libertad y quién quería deshacerse de ella.

Las luces se apagan en toda Europa. Nuestra libertad está restringida por todas partes, por lo que repito lo que dije aquí el año pasado: no es sólo el privilegio, sino también el deber de los pueblos libres –y por lo tanto también mi deber como miembro del Parlamento holandés– el hablar en contra de cualquier ideología que amenaza la libertad. Por lo tanto es un derecho y un deber decir la verdad sobre la ideología del mal que se llama islam. Espero que la libertad de expresión salga triunfante de esta prueba. Espero no sólo ser absuelto, sino sobre todo que la libertad de expresión seguirá existiendo en los Países Bajos y en Europa.

No hay nada que añadir. Donde no se permite expresar ideas, habla la violencia. Como dice Wilders, sin libertad, la creatividad es reprimida ferozmente, porque la innovación es cambio y el cambio supone ascensos y descensos sociales que son, por definición, una amenaza para la élite enrocada en el poder. Y así se llega a una sociedad de cerrada, de castas. A alguien le sonará eso como algo cercano. Averroes no es un ejemplo de creación en el islam; es un ejemplo de persecución en el islam.

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