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EDITORIAL

Fingiendo interés por la verdad del 11-M

Aunque nos gustaría equivocarnos, todo apunta a que las palabras de Arenas se han debido más al deseo de agradar al medio periodístico en el que ha hecho sus declaraciones, que a un compromiso sincero y compartido en el PP por esclarecer el 11-M.

En los últimos días destacados dirigentes del PP han hecho una serie de declaraciones respecto del 11-M que podrían ser interpretadas como un compromiso del principal partido de la oposición a impulsar, en caso de llegar al Gobierno, el esclarecimiento de la autoría de la mayor masacre terrorista sufrida en nuestro país.

Tal es el caso del presidente del PP andaluz, Javier Arenas, quien en declaraciones a Veo7 aseguró el lunes que "si hay un Gobierno del PP, se intensificarán las pesquisas y levantaremos los obstáculos". Arenas estableció, además, una posible relación entre los autores intelectuales de la masacre con ETA, sobre la base de que "es prácticamente imposible que un terrorismo foráneo actúe en un país sin tener contacto con el terrorismo interno". Aunque dijo respetar "la verdad judicial de la A a la Z", el dirigente popular añadió que "esa verdad se refiere sobre todo a la autoría material, pero quedan muchas cosas por averiguar acerca de quién fue la cabeza intelectual que diseñó ese atentado, que viene a reproducir otro que ETA tenía preparado en fechas anteriores y que, afortunadamente, se desbarató".

En esta misma línea, también se ha manifestado el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, para quien "hay una verdad oficial sobre el 11-M, pero que exista no quiere decir que queden trozos de verdad por descubrir y el PP quiere conocer hasta la última molécula del 11-M. Lo raro no es que el PP quiera conocer la verdad del 11-M sino que el PSOE no quiera conocerla". Además de señalar que "todos los terrorismos internacionales están conectados", González Pons ha recordado que "hay un proceso judicial abierto donde el juez ha pedido documentación al Gobierno y éste la ha negado y nosotros nos comprometemos que cuando lleguemos al gobierno daremos al juez la documentación que el Gobierno le ha negado".

Lo cierto es que, a pesar de estas declaraciones, el contenido de las mismas también delata, desgraciadamente, el nulo conocimiento que ambos dirigentes del PP tienen de la causa que ahora dicen comprometerse a impulsar. Además de dar por válida una verdad oficial sostenida por manipulaciones y falsedades que han quedado demostradas, lo más grave es que ambos dirigentes parecen ignorar también que, aunque diésemos por cierta la verdad judicial "de la A a la Z", esta no sólo no ha dictaminado la autoría intelectual de la masacre sino tampoco la material. González Pons y Arenas parecen haber olvidado que sólo hay una persona condenada por colocar una bomba en los trenes, y que, si bien la Audiencia Nacional dictaminó que los siete muertos de Leganés también habían colocado sendos artefactos explosivos, el Tribunal Supremo corrigió explícitamente esa afirmación, indicando que no se ha aportado la más mínima prueba de ello. Lo que queda por descubrir, por tanto, no son ni "trozos" ni "moléculas" de la verdad del 11-M, sino algo tan nuclear como lo que encierra la abandonada pregunta de "¿quién ha sido?".

A esta falta de conocimiento de la causa que tanta credibilidad resta al supuesto compromiso planteado por Arenas y González Pons, hay que añadir la pasividad cuando no condescendencia del PP ante el silenciamiento de todas las informaciones que han refutado las bases sobre las que se asienta la "verdad oficial" del 11-M, así como los nauseabundos obstáculos que el Gobierno de Zapatero/Rubalcaba ha impuesto a su esclarecimiento judicial. En este sentido, es cierto que González Pons ha hecho referencia este miércoles al proceso abierto que se sigue contra el que fuera jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, en el que la juez, a instancias de las víctimas, pidió al Ministerio del Interior datos que éste ha denegado hasta en cinco ocasiones. Sin embargo, no es menos cierto que a pesar de las reiteradas quejas de las víctimas, el PP no ha llevado este asunto al Congreso ni ha instado oficialmente a Rubalcaba a que dé explicaciones de tan abyecta negativa.

Aunque nos gustaría equivocarnos, todo parece indicar que las palabras de Arenas se han debido más al deseo de agradar al medio periodístico en el que ha hecho sus declaraciones, que a un compromiso sincero y compartido en el PP por esclarecer los hechos. Otro tanto podríamos decir de González Pons, cuyas palabras parecían más encaminadas a defender a su compañero de las críticas del PSOE que a consolidar ese encomiable compromiso por parte del PP. A este respecto, mucho se podrá decir de la orwelliana desfachatez de la dirigente del PSOE, Elena Valenciano, al cargar contra Arenas y al acusar al PP de volver con las "mentiras" y "conspiraciones" del 11-M, atribuyéndolo a que el ex presidente José María Aznar "ha vuelto con fuerza". Sin embargo, no es menos lamentable constatar cómo con esa desfachatez el PSOE ha logrado y sigue logrando neutralizar al principal partido de la oposición, cuyos dirigentes, precisamente para ahorrarse esos descalificativos, terminan no haciendo lo que deben hacer. Es precisamente en esos letales complejos en los que basamos nuestra desconfianza. Más aun al ver cómo el PP se centra exclusivamente en el deterioro económico que estamos padeciendo y que, en más de de una ocasión, ha llevado irresponsablemente a gala lo de "pasar página" y "mirar hacia el futuro", que diría Rajoy.

Habrá que dar, no obstante, tiempo al tiempo, para ver si se cumple ese supuesto compromiso del PP por esclarecer la mayor matanza terrorista de nuestra historia. Tras las víctimas y sus familiares, a nadie más que a nosotros le gustaría que resultase cierto.

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