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Ordenadores y pedagogía

Si a un niño no se le muestran caminos que por sí mismo nunca recorrería, ¿cómo va a tener la opción de recorrerlos en la vida? La pedagogía actual es perfecta para producir los cretinos que necesitan los políticos.

quasimod dijo el día 29 de Enero de 2011 a las 21:19:

Estoy completamente de acuerdo.

Ya en 1969, mi "progresista" catedrático en la Escuela Normal" nos decía que no había que enseñar a los niños la tabla de multiplicar, como instrumento de economía de tiempo en el cálculo mental, a los alumnos, porque ellos ya utilizarían calculadoras para todo.

Levantándome le argumenté que estaba en un error. Extrañado, me preguntó por qué y entonces le expuse:

Imagine que estamos en el campo.

- Si la calculadora la tiene en casa, o ésta tiene las pilas agotadas ¿cómo resuelve el problema de averiguar lo que tiene que recibir por una partida de corderos que le han comprado? ¿O cuánto tiene que pagar por ellos, si es el comprador?

-No tuvo respuesta.

Han endiosado al ordenador. He dado clase con ellos en las aulas y estoy en condiciones de decir a los cuatro vientos que en la mayoría de als ocasiones sirven para PERDER EL TIEMPO. En otras, son muy útiles para llevar a cabo "sesiones PORNO".

¡NOOOOOO, NO SE ME ASUSTEN!. Es como llamamos en el ámbito docente a las sesiones en que recurrimos a vídeos u otras presentaciones "POR NO" DAR CLASE".

¡Ah! Se me olvidaba, también sirven para que los alumnos guarden en sus mesas el montón de porquerías que llevan a clase y se escondan ellos mismos del profesor, al que en aras de la "igualdad" -¡Cómo si fueran o pudieran ser iguales el maestro y el discípulo!- han privado de la tarima, que le permitía ver a todos y ser visto por todos sin dificultad.

GRACIAS POR HABERLO SACADO A RELUCIR.

ongietor dijo el día 28 de Enero de 2011 a las 11:48:

Claridad y exactitud. Hay que unir fuerzas en la lidia.

Erbilyos dijo el día 27 de Enero de 2011 a las 16:05:

Como siempre, muy lúcido y atinado. Y, como siempre, uno tiene la sensación de que la razón es apartada y marginada por el poder y despreciada por el hombre-masa.

La pedagogía imperante hoy en día no es una ciencia, eso lo tengo claro desde que hice un curso de Aptitud Pedagógica tras acabar la carrera. La pedagogía progre (o, como muy bien apuntas, "La Pedagogía" realmente existente hoy en día) es un engendro ideológico, un instrumento de ingeniería social basado en estupideces y premisas falsas, con unos efectos nefastos, tan solo paliados o parcialmente compensados por la vocación, el esfuerzo y la seriedad de algunos o muchos profesores que intentan enseñar algo a sus alumnos, y de algunos padres responsables. También, como dice Paserifo, hay una tendencia en algunos individuos a superar esas limitaciones y esas pedagogías torcidas y salir a flote a pesar de todo, porque el ambiente y la educación condicionan mucho, pero no son determinantes. Muchos individuos han llegado a cotas de altura intelectual y moral que jamás se hubieran sospechado teniendo en cuenta sus orígenes y la educación y estímulos recibidos en su infancia.

Maddi dijo el día 27 de Enero de 2011 a las 13:07:

Estimado Sr Gómez Corona:

Le felicito por este artículo en especial y por todos en general. Los leo siempre con mucho interés. Hay mucha lucidez y criterio en sus análisis. Estoy completamente de acuerdo en la crítica que usted hace de la actual pedagogía, la pedagogía progre.

Yo soy físico también (o física, soy mujer), mi especialidad es Física Teórica. Las explicaciones del Neodarwinismo y de la Psicología Evolutiva son muy lógicas y razonables pero, no sé por qué, no me acaban de convencer. Las encuentro superficiales, materialistas. El principio de causalidad sirve para la Naturaleza; pero creo que se queda cojo a la hora de explicar los fenómenos humanos. Es como reducir la vida, que es histórica, a lo fisiológico.

Decía Ortega que la ciencia más importante no era La Física, sino
la Historia.

Atentamente:

Maddi

Divara dijo el día 27 de Enero de 2011 a las 12:45:

Me parece un artículo muy interesante por los muchos puntos que toca.

Me gusta particularmente esta afirmación: "La pedagogía sigue con la visión marxista de que la tecnología es un elemento revolucionario que por arte de la magia dialécticalo cambia todo".

Soy maestra y he trabajado en muchos colegios en España y en el extranjero. En cada escuela he contado con diferentes recursos (pocos o muchos) y una cosa me ha llamado siempre la atención: los profesores en general (desgraciadamente imbuidos de Pedagogía) siempre se han quejado de la falta de recursos materiales, de tecnología, en lugar de preocuparse, por ejemplo, por obtener ellos mismos una mejor formación.

En el pasado la tecnología fue para algunos algo maligno, pero hoy, en los colegios, se considera una especie de ente salvífico. Habrá que tomar conciencia de que los recursos tecnológicos son un medio y que, como tal, su bondad o maldad dependerá del uso que se le dé y de los fines que persiga.

paserifo dijo el día 27 de Enero de 2011 a las 05:05:

Excelente artículo.

Aunque se le olvida que, a veces, la gente cambia, y esa aserción suya de que las personas no harán nada que no se les haya presentado en su juventud me parece inexacta y perfectible.

El "cambio" mental que se produce en las personas a medida que pasan los años (que no es igual ni comparable entre dos individuos cualesquiera, y que no siempre tiene lugar o no llega a consumarse) tiene un origen que es tan difícil de explicar o más que la causa última de la mutación genética. Los adultos también son educables (reeducables, más bien), y, en su caso, se debería hablar de "andragogía" más que de pedagogía.

Lo que me gustaría que se debatiera alguna vez es el asunto de la denostada "educación en casa" y el viejo modelo del mentor o profesor a domicilio. Eso de la "talla única" sólo tiene sentido en los tejidos elásticos, y sólo sirve para la mayoría de las personas, no las muy pequeñas o las muy grandes, y no es aplicable a la aprendizaje humano. A muchas personas les iría mucho mejor aprender a solas con un buen profesor antes que en un grupo lleno de lobos, troles y conejillos, supuestamente dirigido por un profesor histérico o completamente quemado y pasado de vueltas.