La idea central del artículo es la de los viejos complejos de la derecha, que se podría resumir en lo de "nosotros no somos así" (como la izquierda española asesina, montaraz y ladrona de siempre), y en la actitud, cristianísima, de poner la otra mejilla. ¿Qué tal si mañana, al señor del 11M le diera por abolir la propiedad privada? ¿Qué haríamos? ¿Esperar mansamente a que la Guardia Civil viniera a expulsarnos de nuestra casa? Os aseguro que a mí tendrían que sacarme con los pies por delante, dijera lo que dijera la ley. Ya, ya sé que no es lo mismo, aunque se trate, igualmente, de un expolio: si ya pagamos derechos de autor por un CD en blanco, ¿porqué habría que pagar por una peli o una canción que alguien te presta? Espabilad, troncos.
Totalmente de acuerdo con lo que dice el artículo. Me parece muy bueno que se fomente una cultura democrática aún a pesar de estar en contra de lo que se pretende aprobar. La sociedad en la que quiero vivir se ha de comportar de esa manera, así que no veo cúal puede ser el motivo para saltarme las normas en las que yo quiero vivir.
Me gusta este artículo porque me está dando que pensar. No sé si estoy de acuerdo o no, pero argumenta un punto de vista que me parece original e interesante.
Muchas gracias, Sr. Rodríguez Herrera
Ni con las mismas armas se ha respondido y hay un trecho largo de la violencia a una respuesta de presión cuando nos asfixian.
Comparar el vandalismo salvaje de las mesnadas antisistema con una protesta inteligente y al borde de la extenuación de las paciencias, me parece de una demagogia impresentable que bien podría argüir uno de esos socialistas que pretenden cercenar la libertad.
menos comparaciones- y más ésta tan odiosa- y más incidir en lo que supone que la ciudadanía indignada se vea obligada a estas medidas...
Todo sea que no se agote la paciencia más vital y entonces la gente coja palos para moler a quien les han destrozado la vida. Entonces serían mesnadas incontroladas con serios motivos para ejercer una presión desatada... que esto está que revienta con 500 embargos de diario y 1.500 personas a la intemperie que es un suma y sigue para conformar un ejército de desesperados.
Entonces esto se quedará en agua de borrajas con lo que se puede avecinar con un verdadero vandalismo colectivo a la desesperada.
Lo han expresado muy bien otros comentaristas: en un estado de absoluta indefensión donde se estaba perpretando una ley injusta para saltarse a los jueces y violar los derechos de las personas, ¿no es lícito siquiera un ataque de denegacion de servicio contra las web de los organismos que perpretan esa barbarie?
¿Como diablos se puede comparar un ataque físico, una manifestacion violenta o el denegar a alguien su derecho de ir a trabajar con un ataque informatico de negacion del servicio?.
Ni con las mismas armas se ha respondido y hay un trecho largo de la violencia a una respuesta de presión cuando nos asfixian.
Comparar el vandalismo salvaje de las mesnadas antisistema con una protesta inteligente y al borde de la extenuación de las paciencias, me parece de una demagogia impresentable que bien podría argüir uno de esos socialistas que pretenden cercenar la libertad.
Menos comparaciones- y más ésta tan odiosa- y más incidir en lo que supone que la ciudadanía indignada se vea obligada a estas medidas...
Todo sea que no se agote la paciencia más vital y entonces la gente coja palos para moler a quien les han destrozado la vida. Entonces serían mesnadas incontroladas con serios motivos para ejercer una presión desatada... que esto está que revienta con 500 embargos de diario y 1.500 personas a la intemperie que es un suma y sigue para conformar un ejército de desesperados.
Entonces esto se quedará en agua de borrajas con lo que se puede avecinar con un verdadero vandalismo colectivo a la desesperada.
Estoy de acuerdo contigo, Dani. No se puede caer en el vandalismo.
Pero también es cierto que hay muy poco más que los indefensos ciudadanos puedan hacer frente al impulso liberticida de gobernantes y diputados. ¿Podemos hacer una sentada pacífica, en plan Gandhi, o ir a coger nuestro puñado de sal virtual?
Algo que sí se podría hacer, pero bastante complicado, sería fastidiar a los de las telecos, para que estos a su vez le metieran el dedo en el ojo al Gobierno. Por ejemplo, podríamos amenazar a los servidores de internet con cancelar los contratos masivamente. Pero esto es muy difícil, pues ¿quién querría volver al mundo gris sin Internet de antaño?
Yendo al fondo de la cuestión, si un Estado democrático moderno, como presuntamente es el nuestro, quiere definir la moral en el uso de Internet, debería hacer leyes que dejaran claro que se puede publicar en España y qué no, y qué sanciones penales (por los tribunales, no por la administración) deberían aplicarse a quienes, por ejemplo, albergaran páginas de enlaces en sus servidores. Lo que ya no está tan claro es que se pueda legislar sobre lo que los españoles tenemos derecho a ver, descargar, compartir, leer, escuchar o escribir y publicar en Internet. Y tampoco parece justo pretender extender una eventual legislación local a todo el mundo.
Por otra parte, ¿es lo mismo descargarse el último disco de éxito ripeado en mp3 por el emule, sin pagar un duro a su autor y productores, que descargarse un libro muy antiguo, que ya no se imprime ni se vende, y cuyas páginas alguien se ha tomado la molestia de escanear, muchas veces sin demasiado acierto?
Parece obvio que la editorial equis tiene derecho a no reeditar cierto volumen de su propiedad, cuya explotación no considera rentable. ¿Pero no es también obvio que yo tengo derecho a conservar cierto documento de mi propiedad y copiarlo tantas veces como me dé la gana? ¿No es obvio que tengo derecho a revender un CD, de la misma forma que tengo derecho a quemarlo, tirarlo, triturarlo, o utilizarlo para espantar palomas? ¿Y por qué no puedo compartir con alguien, sea amigo o un completo desconocido, algo que es mío?
Todas las empresas y todos los negocios tienen su inicio y su final. Todo cambia y todo muere. ¿Es que pensaban que el negocio de las discográficas iba a durar eternamente?
Totalmente de acuerdo contigo, Daniel. Enhorabuena por este artículo.
Si estoy con unos compañeros defendiendo una opinión y, de pronto, el tío que tengo al lado se levanta y le da una torta al que tiene enfrente, ¿debo pasarme al bando contrario porque alguien que dice defender mis tesis ha utilizado la violencia?
Si se tramita una ley por la cual hay que meter en la cárcel a Daniel Rodríguez Herrera, y un grupo de individuos que dicen actuar contra ella tumba unas páginas web o rompe un escaparate y se lleva un jamón, ¿debemos los demás cambiar de bando y ponernos a favor de la ley porque a una minoría se le ha ido la pinza?
El Multivac de la ficción jamás llegó a conclusiones tan absurdas y atrabiliarias. Ponerse un nick como ése supone asumir una cierta responsabilidad. Por eso yo sugiero que se lo cambie, por ejemplo, a "Marvin". El marciano de la Warner o el Androide Paranoide de Adams, me da lo mismo.
Ah, y ponerse "R.Daneel" tampoco vale.
Desafortunado artículo. El vandalismo es otra cosa.