Su artículo pone en letras el pensar de mucha gente. Me gustaría expresar como remedio para esta grave enfermedad, que cada uno apoye en lo posible a las personas honestas de su entorno y aisle a cualquier tipo de gentuza. Si se realiza con firmeza y constancia, la cadena se irá extendiendo poco a poco.
Magnífico D. Florentino más claro no se puede decir
Interesante
¿Tú conoces a A, verdad? Un español siempre contesta Sí, claro. En el resto del planeta sólo dirán que conocen a A si realmente lo conocen. La mentira del pobre, del acomplejado, del envidioso. Así campa por este baile de disfraces que es la democracia española al día de hoy. Rotundo, señor catedrático. Gracias.
Aunque sin duda hay muchos españoles que se comportan como explica Florentino creo que el cuadro que nos pinta está incompleto. Pues también:
Hay una gran parte de españoles que siguen el acontecer político de forma muy superficial y solo se fijan en las etiquetas de los partidos y de sus líderes y no se enteran de que esas etiquetas son falsas y que sus líderes mienten continuamente. Unos apoyan a los políticos que se autodenominan de izquierda por ejemplo porque, "es bien sabido" que son los que consiguen derechos para los trabajadores luchando contra los egoístas capitalistas. Otros apoyan a los etiquetados de derechas por ejemplo porque, "es bien sabido" que defienden la economía de mercado que es más eficaz en traer bienestar para todos.
Hay una importante parte de españoles (y de ciudadanos del mundo) que no toleran la mentira y creen que es nefasta para la política. Para estos la verdad, la honestidad y la legalidad en la política está por encima de cualquier otra consideración y están dispuestos a cambiar de líderes cuantas veces sean necesarias.
Las mentiras no les salen totalmente gratis a los políticos gracias a este grupo.