D: Enrique:
A mi entender, cuando una empresa encarga una auditoría, el auditor actúa frente a terceros de forma análoga a lo que haría un Notario en otros ámbitos. Es decir, dar fe de que los datos o informe resultante responde a la realidad según las prácticas contables al uso.
Evidentemente, si una compañía quiebra, la responsabilidad empieza en sus directivos y si es fraudulenta, sigue en el regulador que no ha sabido adecuar los mecanismos de control. Sin embargo, frente a terceros, si los auditores no advirtieron de la situación, tienen todo el derecho de clamar contra el Notario que faltó a la verdad.
Desgraciadamente, hoy sabemos que no solo existen Notarios que han faltado a la verdad, también auditores de mucho renombre y que el dinero lo compra todo.
Por supuesto, siempre resulta interesante conocer la historia de la mano de los que la vivieron en primera fila, pero por favor, no intente exculpar a los "Arturos" porque creo que a estas alturas, todo el mundo sabe que se echaron al barro por un puñado de monedas de plata.
Yo, que he sufrido las "consultorias" de la Firma en dos empresas diferentes en las que trabajé, sé de su ¿honestidad? y que le dinero lo compra todo.