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En el egoísmo está la raíz de todos los males

La aceptación social del aborto es actualmente un hecho. Decía Julián Marías terminando el siglo XX: "sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final".

Cehegine dijo el día 7 de Diciembre de 2010 a las 17:44:

Efectivamente, es una terrible paradoja la que vive nuestra sociedad enferma y decrépita: gastamos ingentes cantidades de dinero y medios humanos en concebir hijos de forma antinatural, mientras - de forma igualmente antinatural y criminal- se gastan dineros, esfuerzos, esperanzas y vidas en suprimir a los niños que están en vías de nacer...
es el mundo al revés, propio de sociedades decadentes y en peligro de devorarse unos a otros.
Los medios se han encargado de emponzoñar las mentes de tantas mujeres, que - dicho sea de paso - no han tenido ningún interés en saber exactamente lo que iban a hacer... se junta el hambre con las ganas de comer, ya me entiende

scx dijo el día 3 de Diciembre de 2010 a las 11:07:

Tal vez esa mujer pensó que si otras pueden abortar voluntariamente sin que eso suponga ninguna carga penal ni moral para ellas, es asumible que son dueñas de la vida de su hijo.

Si analizó aún mas el asunto, llegó a la conclusión de que tan vastago es aquel de 9 semanas como el suyo de diez años, y si sobre el primero existe un derecho legal a liquidarlo troceándolo previamente, sin que la sociedad te castigue , ¿por qué no sobre el segundo si resulta que es tan suyo como lo fué desde su concepción?.

Quiero decir que poner limite a lo que siempre es delito puede ser crucial a la hora de confundir conciencias, de otro modo es imposible entender que una madre sea capaz de todo esto y aguantar dos años mas como si nada.

Saludos.

Vendeano dijo el día 3 de Diciembre de 2010 a las 09:16:

Sus artículos siempre son esperados, doña Marta, y responden a esa esperanza.

El tigre egoista sería mas bien un reptil, por lo antiguo, y no necesita comer mucho porque viene dado; el tigre del amor si que necesita continuo alimento, por ser algo nuevo e implantado en nosotros. Bien alimentado, si somos vigilantes, siempre vence.