No, no se trata del derecho a decidir y bienvenido si eligen el catalán...como decis en un parafo que os parece haber dictado Feijoo
Se trata de garantizar por Ley la impartición de las asignaturas en la lengua oficial del estado que es Español. Parte de las asignaturas se podrian impartir adicionalmente en otras lenguas, como el Catalan, Inglés o Frances. Una vez garantizado la enseñanza en español ya cabria ese el derecho a elegir.
Es que todos los discursos de la izquierda y del nacionalismo se derrmban si se entonan los derechos individuales, los derechos de las personas. El discurso nacionalista y sociata se basa en justificar los derechos personales en nombre de etereos grupos o entelequias: ek proletariado, la nación, el idioma, el clima, el feismo, etc. Todo con tal de justificar la violación del derecho individual.
La libertad está muy bien, pero luego aparece la realidad: Poner colegios con educación a la carta es inviable por coste: yo quiero 40/60 yo 10/90: el cachondeo.
Solución trilinguísmo obligatorio, con sus tre horas obligatorias de Catalán, el resto español e inglés.
Los encuestados no pueden contestar otra cosa.
Admitir que no están de acuerdo con la inmersión es reconocerse impotentes para desafiarla, cobardes y estafados por los mismos a los que se aprestan a votar.
Es reconocer que viven en una dictadura y no se atreven a plantarle cara.
No conozco a nadie, pero a nadie, incluidos los nacionalistas más
radicales que no esté de acuerdo con que haya libertad de elección de lengua en la enseñanza y no digamos ya en otros ámbitos.
Daos cuenta de que el discurso oficial en Cataluña ha sido siempre negar que exista esa falta de libertades y cargar contra el que se atreve a denunciarlo. "Son inventos de fatxes y de la prensa de Madrit".
De ahí que al invento lo llamemos Mátrix y todo el mundo entienda de qué hablamos.
Impecable editorial.
El problema es que algunas mentes enfermas de totalitarismo no acaban de entender que la democracia se basa en el respeto a unos principios, no votables por definición, que ninguna mayoría está legitimada para vulnerar. Esos principios protegen, entre otras cosas, al individuo del grupo (y de determinadas intromisiones del poder político en sus vidas) y a las minorías de las mayorías de pulsiones totalitarias, algo que puede enunciarse de la manera siguiente: cuando existen diferentes opciones compatibles en su ejercicio individual, el poder político (las leyes) debe garantizar que cada ciudadano pueda ejercer la opción que prefiere sin impedir que otros ejerzan otra, y ninguna mayoría está legitimada para imponer su opción a todos los individuos, porque eso supondría la existencia de un régimen totalitario (apoyado por una mayoría, pero totalitario, como tantos ha habido en la Historia). El respeto a este principio es la base, entre otras cosas, del derecho a la libertad religiosa.
En el caso que nos ocupa, la cosa se agrava al pretender desde el poder político determinar cuál ha de ser la identidad cultural y lingüística de los ciudadanos; un ámbito en el que en una verdadera democracia ha de tener vedado el poder político. Por ejemplo, es absolutamente indecente e intolerable que (no sólo en Cataluña, sino donde también gobierna el PP) un profesor se refiera constante y machaconamente a una lengua como "nuestra lengua" ("a nosa lingua", "nostra llengua", etc.) cuando se dirige a sus alumnos y mucho de los cuales tienen otra como suya. En las verdaderas democracias, cuando un alumno se somete a inmersión lingüística (siempre voluntaria para los hablantes de una lengua oficial, salvo en el caso de España) se le deja bien claro que está estudiando en una lengua que no es la suya (para aprenderla mejor a costa de hacer un no pequeño esfuerzo adicional), y eso aunque se trate de inmigrantes (véase el caso de Finlandia, por ejemplo, un verdadero modelo de respeto y tolerancia). Lo que se hace en algunas partes de España es propio de regímenes fascistas (como lo eran las leyes de italianización de Mussolini).
John Stuart Mill resume muy bien el editorial y lo que yo digo en dos maravillosas citas de su excelente libro - no para un nacionalista, claro - On Liberty:
"El único propósito por el que el poder puede ser justamente ejercido sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es impedir el daño a otros. Su propio bien, físico o moral, no es título (razón) suficiente."
"La única libertad que merece tal nombre es la de perseguir nuestro propio bien a nuestra manera, siempre que no intentemos privar a los otros de la suya, o impedir sus esfuerzos para obtenerla. Cada uno es el mejor guardián de su propia riqueza corporal, mental o espiritual. La Humanidad sale ganando mucho más permitiendo a los otros vivir como a ellos mismos les parece bien, que obligando a cada uno a vivir como le parezca bien al resto."
El gran defensor de la libertad individual, Robert Heinlein, a través de su alter ego (en sus novelas) Lazarus Long ya nos previene contra lo que Hayek llamó "los socialisats del todos los partidos":
"Las etiquetas políticas – tales como monárquico, comunista, demócrata, populista, fascista, liberal, conservador, etc. – nunca son criterios básicos. La raza humana se divide políticamente en aquéllos que quieren que las personas sean controladas y aquéllos que no tienen tal deseo. Los primeros son idealistas actuando desde los más elevados motivos por el bien más grande del número más grande (de personas). Los últimos son seguramente gruñones, sospechosos y con falta de altruismo. Pero son más confortables vecinos que los de la otra clase."
Ya sólo queda recordar que contra la tiranía totalitaria, por mucho apoyo social que tenga, está legitimada la rebelión de los oprimidos por ella. A modo de metáfora acabo citando de nuevo a Mill y a Heinlein:
"La guerra es una cosa fea, pero no la más fea. El estado decaído y degradado de la moral y sentimiento patriótico que piensa que nada merece una guerra es mucho peor. La persona que no tiene nada por lo que esté dispuesta a luchar, nada que sea más importante que su propia seguridad personal, es una criatura triste y no tiene ninguna oportunidad de ser libre salvo que los esfuerzos de otros hombres mejores que él lo hagan libre y permitan que siga siéndolo." (JSM)
"No hay que confundir “deber” con lo que otras personas esperan de ti; son cosas completamente diferentes. El deber es una deuda que tienes contigo mismo para cumplir con obligaciones que has asumido voluntariamente. El pagar esa deuda puede suponer desde años de trabajo paciente hasta estar dispuesto a morir. Puede ser difícil, pero la recompensa es el auto-respeto (la dignidad)." (RH)
¿Debilidad? ¿Libertad? No os enteráis ni del nodo de la película. El que sí se ha enterado es César Vidal, que anoche realizó un comentario a mi juicio milimétrico y acertadísimo.
El catalán utilizado como elemento de exclusión. Una vez que empieza la inmersión lingüística las familias sufren durante los primeros años de primaria, después ya se han"normalizado" tanto los hijos como los padres. Una vez normalizados la lengua regional no supone una barrera para acceder a los puestos públicos, pero sí es muro insalvable para aquellos que por vivir fuera de Cataluña no saben ni se van a normalizar nunca, ni van por tanto a competir por los puestos de trabajo.
Por eso los partidos separatistas que normalizan al personal y logran en Madrid tajadas de presupuesto e inversiones triunfan. Los habitantes pierden libertad en dicha región, pero eliminan competencia y obtienen dinero. La pela es la pela.
¿Se va a solucionar esta situación desde dentro? No, es de Perogrullo. ¿Entonces? Esto se termina cuando el resto de los españoles prohiba que vaya un sólo euro del presupuesto para Cataluña, imponga tarifas aduaneras a los productos de Cataluña, y prohiba a nivel nacional que las oposiciones premien el catalán o se desarrollen en dicho idioma. Sólo así, cuando se corten los privilegios derivados del cambalache de los separatistas la población no tolerará los recortes de libertad a cambio de nada y se quitarán las caretas.
¿Y cómo se logra esto? Cambiando el voto y castigando a los partidos que han consentido esto: PSOE y PP. ¿Y a quién votar? Al partido/s que en su eje ideológico tenga por escrito que todas las oposiciones se realizarán en español siempre.
alvaro3:
Tu argumentación es la misma que la de los nacionalistas. Razonas como si fuese el idioma español el que tiene derechos y que los españoles tenemos deberes hacia él: de eso nada, en democracia los ciudadanos no tenemos ninguna obligación con ninguna lengua. En un régimen de libertad de elección el que no aprendiese español bien sería porque no quisiese (Y allá él en todo caso). Eres tú el que razona casi como Feijóo (entre otras cosas quieres que sea la Administración la que imponga una sola opción para todos).
Juan_Pal:
Me temo que hablas de lo que no sabes o es que no te enteras de lo que proponemos algunos. Por supuesto que no puede elegir cada uno el porcentaje y las materias que se imparten en cada lengua (eso es inviable y no ocurre en ninguna democracia seria en las que se puede elegir). No es tan complicado, a no ser que asumamos que los españoles somos mucho más burros en promedio que e otros países (incluidos Eslovaquia, Eslovenia, Ucrania y hasta Uzbequistán): tu argumento no difiere mucho de los de los nacionalistas. En los países en los que se puede elegir hay como mucho tres posibilidades de elección (todo en lengua A con la B como materia, todo en la B con la A como materia, y un sistema con uso equilibrado de las dos) y para poder cursar la opción preferida ha de ser demandada en la zona en cuestión por un número mínimo de personas (que oscila en función de la riqueza del país, desde mínimos muy bajos para Noruega y Finlandia a otros más altos como en Eslovaquia o Rumanía). En Finlandia, por ejemplo, se ofertan adicionalmente - y la opción es voluntaria - los llamados CLIL, que son enseñanza en la que se usa una de las lenguas oficiales y una lengua extranjera (mayormente el inglés). Por favor, ¿Por qué hay gente que se dedica a hablar alegremente sobre cosas que ignora caso por completo? Además, tu argumento también lo usan los nacionalistas, pero para imponer a todos una solución diferente de la tuya. El criterio economicista para restringir la libertad de los ciudadanos puede justificar cosas inaceptables.