Cabe preguntarse ante la suelta de tanta simpleza y tontería por foros nacionales e internacionales si este hombre realmente está en sus cabales. Es nítido que carece del menor sentido del ridículo. Aún se recuerda en el parlamento galo las ridículas frases en un francés vergonzoso que profirió ante el asombro y el escarnio de sus señorías franchutes. O cuando aseguró que la tierra no es de nadie sino del viento. O cuando siendo el país con mayor tasa del paro propone medidas para disminuirlo en vez de permanecer callado que haría mejor bien de cara a nuestros acreedores. Porque, indefectiblemente, cada vez que habla, sube el diferencial de la deuda y los CDS.
Pero, al ser presidente del gobierno de España, el ridículo no es solo de él sino muy especialmente del país al que representa como primera autoridad ejecutiva. Emulando a Pedro Castro, debiéramos despejar quienes han sido los tontos de los cojones que han votado a tamaño tonto.
El que ZP,con casi cinco millones de parados en su propio pais y al borde del impago,se atreva en una cumbre como la del G20,a abrir la boca y dar consejos sobre cómo crear empleo,implica:
1º-Una falta de verguenza y de dignidad absoluta y evidentemente patologica.
2º-Una ignorancia supina sobre economia(entre otras),que es lo unico que le permite tamaña desfachatez.
3º-Una credulidad sicopatica en la bondad e infalibilidad de sus "ocurrencias". 4º-Una seguridad absoluta, de que ésta hablando a "tontos" o analfabetos funcionales,de los cuales, el es el rey y salvador.
Y todo ello "corroborado" por una absoluta falta de "personal",con un poco de desverguenza ajena, que le cante las cuarenta y lo deje donde debe de estar:a la altura del betún.