Sostiene la señora Sánchez Camacho que el diario Avui ha sacado de contexto cierta frase muy suya, tanto que luce entrecomillada en el periódico para mayor abundamiento sobre su genuina maternidad. La sentencia en cuestión, de cuya veracidad la locuaz Camacho aún no ha concedido decir ni pío, es la siguiente: "[A mi hijo Manel, de cuatro años] le riño si me habla en castellano". Así las cosas, por el módico precio en saliva de pronunciar dos vocablos concatenados, en concreto las voces "es" y "mentira", doña Alicia se habría evitado incordios mayores. Es mentira. Tan sencillo como eso. Sin embargo, y vaya usted a saber por qué, ha preferido enrocarse en el brumoso jardín del contexto.
No es doña Alicia, por cierto, ni mejor ni peor que tantos políticos profesionales de su generación. Acaso un poco más torpe. Aunque solo un poco. Así, como sus pares, no posee el menor reparo con tal de defender cualquier causa y su contraria. Al igual que esas pequeñas orquestas cíngaras, las que se ganan la vida en las aceras interpretando la música que los viandantes deseen escuchar, a la Camacho tanto le da entonar un tango que un rock o una muiñeira. Si la llaman del Avui, les confesará risueña que, amén de velar sin descanso por la pureza fonética del pequeño Manel, cuenta con "muchos amigos soberanistas". Léase separatistas. Muchos, no uno ni dos ni tres. Ya se sabe, el contexto.
Si el interlocutor resulta ser Libertad Digital, plena de santa indignación proclamará airada que "estas cosas [las regañinas morfosintácticas descontextualizadas] pueden dar a entender lo que no es". Aunque, al tiempo, no habrá manera humana de arrancarle qué es lo que es y qué lo que no es. Si, en fin, es el plató de Tengo una pregunta para usted quien la acoge, con la más gozosa de sus sonrisas celebrará que Benedicto XVI "ha universalizado mucho (sic)nuestra lengua propia". Que no la impropia, esa intrusa en cuya defensa se redactó aquel célebre manifiesto que encabezara el Nobel Vargas Llosa, el mismo que ella se negó en redondo a rubricar. Y es que, a lo tonto, doña Alicia ha superado al mismísimo McLuhan: el texto es el contexto.
Nota bene:
Tras fructífera conversación con Pep Lloveras, el periodista de Avui que realizó el reportaje de marras, el arriba firmante está en condiciones de afirmar que Alicia Sánchez Camacho aún no se ha dirigido a ese periódico para exigirle rectificación alguna. Que el diario Avui no alberga la menor intención de desdecirse. Y que el autor material de la pieza, el citado Pep Lloveras, igual se ratifica en la literalidad de lo publicado.