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El expolio fiscal

Los territorios no pagan impuestos, los pagan los ciudadanos. No es verdad que un ciudadano catalán pague más que un madrileño o un extremeño. Quien gana 35.000 euros en Barcelona paga los mismos impuestos que quien los gana en Badajoz.

berdonio dijo el día 5 de Noviembre de 2010 a las 19:29:

Sr. Robles:

Dice usted que la coacción estatal es la forma civilizada de construir sociedades justas sin necesidad de hacer revoluciones sangrientas. Dejando aparte el que anular toda posibilidad de defensa para doblegar a alguien sin tener que partirle la cara puede que sea más “limpio”, pero no más civilizado, da por supuesto lo que debería probar, a saber, que la sistemática dominación estatal es justa porque existe una previa, generalizada e inevitable coacción (hobbesiana) entre individuos. Como es algo que no va a poder probar, no se esfuerce, le invito a que asuma el teorema fundamental del liberalismo: la única coacción legítima del Estado es aquella dirigida hacia un individuo concreto que probadamente ha obligado a otro a hacer lo que no desea o le ha impedido hacer lo que quiere, siempre que no estuviera prohibido por la ley.

Y es que cuando constata usted, con toda razón y lógica, en una muestra de individualismo y sentido común, que los territorios no pagan impuestos, los pagan los ciudadanos, habría que preguntarle por qué acepta que se pueda robar a los ciudadanos y no a los territorios. Si da por bueno que se confisque a las clases económicas (progresividad fiscal), ¿por qué no a los territorios o demás entes colectivos que se nos ocurran?

Quienes no admitimos más soberanía natural que la individual no caemos en este tipo de contradicciones lógicas. El único antídoto contra el nacionalismo es el individuo y la libertad; es imposible superarlo con otras formas de socialismo.

alvaro3 dijo el día 5 de Noviembre de 2010 a las 13:44:

Totalmente de acuerdo.

No obstante, ¿por que se utiliza el termino soberanismo cuando queremos decir independentismo? Me parece que el termino "soberanismo" es una creación nacionalista para disfrazar lo que son en realidad: independentistas. Llamemos a las cosas por su nombre y no compremos la jerga nacionalista.