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José Antonio Martínez-Abarca

El taxi de Rajoy

Alguien tendrá que desatascarle las entendederas a ZP, porque los españoles, y no sólo los que acudieron al desfile de las fuerzas armadas, están emitiendo bien claro el mensaje: "señor presidente, deseamos que se ausente usted en el acto". Y rapidito.

Tras las elecciones locales que se celebrarán próximamente en algunos territorios de España, y ante los más que previsibles resultados, el Régimen de Zapatero quedará al menos tan descompuesto, deslegitimado y a la deriva como la monarquía de Alfonso XIII tras las municipales de abril del 31. Sería el momento para que Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal tomaran un taxi, como los republicanos Maura y Azaña hace casi ochenta años, y se plantaran en el despacho del presidente del Gobierno como aquellos dos lo hicieron ante el subsecretario de Gobernación, parafraseando lo mismo que entonces se dijo para escenificar, a viva voz, el cambio en el Poder y sobre todo el cambio en el país:

– Señor subsecretario, deseo que se ausente usted en el acto.
–Me doy por enterado.

Dicen los cronicones que el subsecretario salió por una puerta falsa. Los españoles le están diciendo a Zapatero, no sólo durante el desfile militar del Día de la Hispanidad sino a diario, que desean que se ausente en el acto y desaparezca por la puerta falsa de la Historia, que su mandato tiene legalidad pero ya no legitimidad, que su época ha pasado hace mucho de moda y de milenio, que el país ya va por otro lado, que la "mayoría social" ya no es suya y no tiene autoridad para emplear su nombre en vano. Pero el presidente del Gobierno, al contrario que aquel subsecretario de Gobernación, aún no se da por enterado de nada, porque sigue en sus mundos de "Yupi". Debe de andar duro de oído, y eso que los abrumadores pitos y abucheos del desfile de la Hispanidad eran de los que mataban pájaros en pleno vuelo. ¿Qué más hay que hacer para que Zapatero capte, por fin, que la albergada pretensión de que su destartalada ideología sea salvada en el último momento increíblemente por las encuestas, en lo que Hollywood llamaría un "twist ending", es más dudoso aún que del poner a cocer los huesos del hombre de Orce salga buen caldo?

Ya no es su momento porque nunca lo fue, porque engañó a todos presentándose como un socialdemócrata que le robaba a la derecha su discurso cuando en realidad se lo llevaba crudo del decálogo de los "okupas", porque luego dijo tener su corazón junto al rupestre de los sindicatos cuando en realidad lo compartía, en todo, con el de esos hijos desoficiados de multimillonarios que, con las perras de papá (en su caso, con las de España), se dedican al turismo global para hacer la revolución subvencionada. Me imagino que Mariano Rajoy "El Aplaciente", al que le han dicho que no tiene que hacer nada, no tendrá ninguna gana de montarse en ese taxi para ir a formalizar un cambio de régimen que se está pidiendo a gritos y a masas llenas, como Azaña, aquel día en que Maura lo obligó a ir a Gobernación, iba sudando de miedo en el suyo por si los ametrallaban. Pero alguien tendrá que hacerlo, alguien tendrá que desatascarle las entendederas a Zapatero, porque los españoles, y no sólo los que acudieron al desfile de las fuerzas armadas, están emitiendo bien claro el mensaje: "señor presidente, deseamos que se ausente usted en el acto". Y rapidito.

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