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Guillermo Dupuy

La consejera del "Ibarretxe catalán"

Lo que me sorprende es que Sánchez Camacho vea llegada la hora de gobernar con CIU cuando la propia candidata del PP dice que "Mas parece querer convertirse en el próximo Ibarretxe".

Dice Alicia Sánchez Camacho que, si no fuera por el PP, "Patxi López estaría haciendo una política parecida a la que ha estado haciendo hasta ahora el señor Montilla". No lo pongo en duda, pero ¿supone esto, por parte de Camacho, un guiño a los socialistas catalanes para que actúen como un partido constitucionalista y dejen de competir con CiU o con Esquerra a ver quién es más nacionalista? ¿Acaso está Camacho mostrando su disposición a un eventual pacto postelectoral entre socialistas y populares, tal y como el que han acordado en el País Vasco, y tal y como, con muchas menos posibilidades, propone para Cataluña Albert Rivera desde Ciutadans? No, qué va. Camacho lo dice como justificación, escasamente coherente, de un futuro apoyo de su partido al PNV catalán, esto es a Convérgencia i Unió. Y es que para la candidata del PP "ha llegado el momento en el que legítimamente tenemos que acudir y que formar parte de un próximo Gobierno en Cataluña".

No digo yo que las encuestas nieguen, efectivamente, al PP esa posibilidad de ser la llave de un futuro gobierno presidido por Mas. Lo que me sorprende es que Sánchez Camacho vea llegada la hora de gobernar con CIU cuando la propia candidata del PP dice que "Mas parece querer convertirse en el próximo Ibarretxe". Lo que me sorprende es que aspire a un pacto y una consejerías con una Convergencia i Unió que, según sus propias palabras, "pide la independencia, que dice que no va a poner límites a la reivindicación nacional del pueblo de Cataluña, que dice que va a hacer referéndums independentistas y con la que el PP está en gran dificultad para llegar a ningún acuerdo".

Aunque haya que reconocer que Sánchez Camacho ha rectificado algo la servil actitud que el PP ha venido manteniendo hacia CIU desde los tiempos de la defenestración de Vidal-Quadras –y que los nacionalistas han despreciado hasta el extremo del acta notarial–, me temo que el PP catalán sigue en tierra de nadie. Para los catalanes que aspiran a una, no tanto próxima, pero sí real y contundente alternativa al nacionalismo, las palabras de Camacho pueden no ser suficientes para evitar que depositen su voto en formaciones como Ciutadans o UPyD. Y los que aspiran sin más a dar finiquito al tripartito, seguirán prefiriendo el "voto útil" de entregárselo directamente a CiU.

El caso es que, entre las estúpidas y suicidas renuencias de UPyD y Ciutadans a presentarse coaligados, por un lado, y un PP que no se sabe si va de controlador o comodín de CiU, por otro, las expectativas para ver una Cataluña constitucional en la que impere la normalidad y la libertad son más bien escasas. Y es que, llegado el momento, peor que ver a un Mas pretender ser el próximo Ibarretxe es contemplar cómo Sánchez Camacho aspira a ser su consejera.

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