Zapatero ha vuelto a fracasar con ETA. Los criminales le han engañado en los tiempos y en la ambigüedad de la declaración. Zapatero quería un comunicado más contundente que los anteriores y para el comienzo del verano. El comunicado llega tarde y confuso. Disiento, pues, de quienes dicen que no hay nada nuevo en el comunicado de ETA. Aunque el texto del comunicado sea similar al de anteriores treguas-trampas, hay varias circunstancias que hacen novedoso este comunicado. Para empezar, y a pesar de que algunos crean lo contrario, ETA está más agostada y agotada que nunca; de ahí que nadie en su sano juicio ponga en duda que esta tregua es el resultado de un debilitamiento extremo de la banda.
En segundo lugar, la tregua ha llegado en un momento de caída en picado del liderazgo de Zapatero en todas las encuestas. El político que más "legitimidad", aire y presencia institucional le ha concedido nunca a la banda terrorista –entre otras prebendas, aparte de un diálogo de tú a tú del que todavía se vanagloria el Presidente del Gobierno, cabe mencionar que el Gobierno permitió a ETA tener presencia en 42 ayuntamiento de Navarra y El País Vasco– está muy tocado; en fin, ETA sabe que necesita un interlocutor débil, extremadamente débil, para no ser absolutamente derrotada como exige un Estado de Derecho, es decir, sin hacer concesión alguna a los terroristas. Los dos están en fase terminal. Se necesitan. De ahí el anuncio de la tregua.
Y, sobre todo y en tercer lugar, este comunicado es, sin duda alguna, el más esperado por los medios de comunicación en general, y los analistas políticos en particular, como una consecuencia del proceso negociador que Zapatero entabló con esta gente en 2004. En pocas palabras, a nadie le ha pillado por sorpresa el anuncio de ETA; y si alguno se hace el sorprendido, digamos claramente que es un villano político o un estulto individuo. Aquí la maldad camina al lado de la torpeza.
En este nuevo contexto, consecuencia de ese largo, confuso y oscuro proceso de negociación entre una banda criminal y un gobierno, el comunicado de ETA sólo puede interpretarse como un nuevo fracaso de Zapatero; sí, sí, tantos años negociando con los criminales, entregándoles los ayuntamientos, concediéndoles beneficios penitenciarios, etcétera, etcétera y ahora salen con un anuncio de tregua-trampa idéntico al de otras épocas. No me extraña que Zapatero y su Gobierno sigan escondidos todavía a las seis de la tarde del domingo, 5 de septiembre, a pesar de que hace más de diez horas que conocemos el comunicado. Resulta alarmante, o peor, desvergonzado que el Gobierno aún no haya abierto la boca. El texto de ETA es fácil de interpretar. Los terroristas no se arrepienten de nada y tratan de igual a igual al Gobierno.
Todo, pues, sigue igual para ETA; de ahí que todos los grupos políticos, excepto el Gobierno, hayan rechazado rápida y enérgicamente la trampa. ¿Por qué no lo ha hecho todavía el Gobierno? Obvio. Porque quiere instrumentalizar ese comunicado a su antojo. Y, quizá, porque todavía aspiren a vender que lo conseguido, las migajas que ofrece ETA en esa intervención en la BBC, es fruto de la "pericia negociadora" de Zapatero con ETA. ¡Horror!