La única lengua que garantiza a todos los españoles una correcta atención así como poder acceder al trabajo público es el español. Nadie se pude sentir discriminado si las oposiciones en toda España son en español así como las relaciones con la administración, puesto que TODOS comparten el idioma no existe discriminación.
Sí existe discriminación para los españoles que quieren optar a un puesto de trabajo público y se les exige un nivel de lengua regional o incluso realizar las oposiciones en tal lengua que NO comparten TODOS los españoles.
Por tanto, hay que definir que es más importante: el supuesto derecho a ser atendido en una lengua regional o el derecho a poder acceder a un trabajo público en España sin trabas idiomáticas.
Sin embargo, a la hora de financiar y pagar impuestos e inversiones no se mira si el pagador habla catalán, los euros son bienvenidos de albacete, madrid, jaen, etc. A los pagadores no se les exige carné identitario nacionalista.
los que viven fuera de Cataluña, Galicia y País Vasco harían bien en meditar su voto y no entregarlo a formaciones que no garanticen todas las oposiciones en español y sin ningún mérito por lengua regional, pues lo único que consiguen es financiar a los que les impiden trabajar en el sector público en su propio país. Ni PSOE ni PPOE garantizan que las oposiciones sean en español y sin requisitos, niveles ni beneficios por lengua regional. Vosotros mismos.
Impecable el artículo. Lo suscribo de la cruz a la raya.
Las lenguas oficiales atañen al ámbito oficial; es decir, al que depende de los poderes públicos, y la regla de oro en una democracia es que elige el ciudadano en qué lengua oficial se le atiende si hay varias en el territorio (consecuencia ineludible en una verdadera democracia si se da la circunstancia de que hay las correspondientes comunidades lingüísticas históricamente instaladas en él). Esta regla permite el mayor grado de libertad para la mayor parte de los ciudadanos, que no se pueden tomar como rehenes lingüísticos. Esto también exige que todas las informaciones e impresos dependientes de los poderes públicos estén disponibles en todas las lenguas oficiales del territorio, así como que todos los topónimos en las lenguas oficiales sean oficiales (en España se da el disparate, no ya de que no sean oficiales los topónimos en una lengua oficial en el territorio, sino de que el único topónimo oficial en algunos territorios lo sea en una lengua NO OFICIAL en ese territorio, algo inaudito y aberrante).
No existe ejemplo en el mundo democrático (y hasta no democrático) en el que - habiendo demanda suficiente - se le impida a un alumno recibir la enseñanza en su lengua si ésta es oficial en el territorio, y menos si es la única oficial en toda la nación y encima una lengua mayoritaria e internacional. Esmás, en algunos países se reconoce tal derecho a hablantes de lenguas no oficiales, en un afán de respetar al máximo los derechos y las libertades de los ciudadanos. Lo que ocurre en algunas partes de España, especialmente en Cataluña, es una aberración sin parangón en una democracia, y eso sí que constituye una política lingüística propia de un régimen fascista (nos traen a la memoria las leyes de italianización de Mussolini).
Y lo malo es que nuestro "querido" TC ha asumido, por presiones políticas e interpretando de manera torticera ciertas palabras, parte de los postulados nacionalistas, como cuando habla de "discriminar o perseguir lenguas" para que "ocupen el lugar que les corresponde como lenguas propias del territorio", como si ellas fueran los sujetos de derecho, cuando lo somos las personas, y se nos discrimina si se restringe nuestro derecho a recibir los servicios públicos en la oficial que queramos y ya no digamos a usar la que nos dé la gana, oficial o no, en el ámbito privado. Y sin que ello además sea necesario para que los que deseen emplear otra vean satisfecho su derecho. Las lenguas carecen de cualquier derecho, por lo que, por mucho que digan algunos "magistrados/juristas/políticos", no pueden ser realmente discriminadas desde el punto de vista jurídico (somos los ciudadanos los que las "discriminamos" (legítimamente) al elegir usar una u otra. Y las lenguas se tienen que "aguantar", valga la expresión (en realidad, como ni sienten ni sufren, les trae sin cuidado que las hablen poco o mucho).
Los ignorantes son los que están en el poder.
"Los idiomas no tienen derechos: los tienen las personas" En esta frase se resume la diferencia que hay entre un nacionalista lingüístico (como lo son los nacionalistas catalanes; hay otros tipos de nacionalismo, como el racial de la Alemania hitleriana), y un liberal. Para el nacionalista lingüístico, la comunidad de los hablantes, en tanto que hablantes de un idioma determinado, es un verdadero sujeto histórico, titular de derechos que prevalecen sobre los derechos individuales de sus miembros. Así, un catalán está obligado a hablar en catalán siempre que pueda. Si opta por hacerlo en castellano, pasa automáticamente a ser considerado un traidor, y recibe el calificativo de "botifler". La comunidad de los hablantes adquiere unas características que recuerdan a la "Umma" islámica.
Lo más importante del editorial es la referencia a los ignorantes voluntarios. Los hay en todos los lados. Tenemos los del PP, siempre loquitos por copiar al Partido Nazionalista Vasco y a CiU. Pero el elemento clave, es la izquierda, sumisa, servil, arrastrada ante los nazionalistas. Ese es el elemento clave porque permite desactivar la respuesta de ùn 40 % de la población, porque ha hecho suyo el mensaje fascista y represivo de los nazionalismos y de este modo estos pueden llegar a la masa crítica que les permite hacer daño.
Me ha sacado de mis cavilaciones mañaneras el ring, ring del móvil. Era mi amigo Gombáu Roig. --Creo, --me ha dicho-- que pronto, muy pronto, los catalanes, aquellos de cinco, seis o más apellidos en su árbol genealógico, aunque sea a regañadientes y, en principio de forma clandestina, se esforzarán por hablar el español en el seno de sus familias. Aunque lo denuncien el vecino, el comisario político de la puerta de enfrente; conectarán vía satélite con canales de TV de habla castellana a riego de ser multados; llenarán sus casas de libros de literatura española, aunque para ello tenga que comprarlos de estraperlo. Puede que algunos, ya, hayan comenzado. Porque, ellos lo saben y son pragmáticos, saben que no pueden negarles a sus hijos el conocimiento de una lengua vital para andar por en el mundo, para generar prosperidad y riqueza; porque lo tienen claro: no se le puede negar a los catalanes del mañana el dominio de un idioma- que hoy se da gratuito-a cambio de un nacionalismo-independentista-aislacionista. No es negocio.
En cierta ocasión le preguntaron a Serrat por qué cantaba en castellano y no lo hacía solo en catalán. La respuesta de éste fue aplastantemente lógica: “El mundo catalán es muy limitado. Yo necesito un mundo más amplio”